Felicidades por la pifia colectiva del año
Hay un día en el que todos podemos fallar y hasta cometer el error de nuestras vidas. Lo ilógico, como si se hubiesen alineado todas las estrellas, es que el fallo sea colectivo. Y estas cosas, a veces, suceden en el deporte; en concreto, en el ciclismo y en la Vuelta que ahora nos ocupa.Nadie, al inicio de la carrera, daba un euro por Ben O’Connor como vencedor de la Vuelta. Era -y es- un buen ciclista, que no es lo mismo que una estrella sideral, capaz de ganar etapas en la principal carrera de España, Francia e Italia, de los que se permiten entrar en el club de los elegidos por haber levantado los brazos en el Tour, la Vuelta y el Giro y haber sido ‘top ten’ en las tres competiciones.Por eso, resulta absolutamente incomprensible que hace una semana, el 22 de agosto, en una pequeña loca...