Si cuando llegan las vacaciones y vamos a realizar viajes largos o usar el coche con más frecuencia llevamos el vehículo al taller para comprobar que todo está bien, ¿por qué no revisamos también el estado de nuestra visión? Y es que como advierte el presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas de España (CGCOO), Juan Carlos Martínez Moral, “un control periódico del sistema visual es tan importante como el estado de la carretera o el del vehículo”.
La importancia de someterse a una revisión está recogida en el Reglamento General de Conductores, que establece que la visión sea evaluada tanto para la obtención como para la renovación del permiso o licencia de conducción. Entre las capacidades visuales que se analizan en los reconocimientos médicos de los conductores están “la agudeza y el campo visual, la sensibilidad al contraste, y la buena motilidad palpebral y del globo ocular”.
De hecho, durante estas pruebas cualquier deterioro de la capacidad visual o enfermedad ocular como cataratas, glaucoma o retinopatías, que no permiten alcanzar los niveles de agudeza visual establecidos, van a impedir que esa persona pueda obtener o renovar su carné de conducir.
“El óptico-optometrista juega un papel fundamental en solucionar los problemas de visión como los errores refractivos y en la detección precoz de algunos de estos problemas visuales que pueden resultar decisivos a la hora de conducir con la mayor seguridad”, señala Martínez Moral. Por ello el especialista señala la necesidad de realizar una revisión ocular antes de ponerse al volante con el fin de evaluar “el estado refractivo del individuo, es decir, verificará si es miope, hipermétrope, astígmata o, si supera los 40 años, si tiene presbicia”.
Seguridad vial y salud visual
Son varios los factores que hacen aumentar el uso del coche o la moto durante el verano, los días más largos y comienzan las vacaciones, y a más circulación de vehículos mayor es el número de accidentes que se producen. Muchos de ellos debidos a problemas visuales que el propio conductor no ha corregido por sí mismo.
El experto en óptica facilita un dato y es que en torno a un 45% de los conductores no utiliza gafas de protección solar homologadas cuando conduce. Si a esto le sumamos que esa persona sufra alguna deficiencia visual no corregida, el resultado puede ser desastroso. Porque los problemas visuales y oculares están condicionados tanto por la luminosidad del momento concreto en el que se conduce como por la salud visual del conductor.
“Por ello, si el conductor no cuenta con una graduación adecuada al efecto refractivo que presenta y no utiliza gafas o lentes de contacto, se dificulta la visión nítida a distancia. A esto hay que sumarle el porcentaje de personas con alteraciones en la visión nocturna, que en los últimos años ha aumentado considerablemente debido al envejecimiento”, señala el especialista.
Conducir sin gafas o lentillas puede constarte una multa
Aunque pueda parecer mentira, todavía son muchos los conductores que a pesar de sufrir algún tipo de deficiencia visual siguen poniéndose al volante sin gafas o lentillas. A la vista de ello, la Dirección General de Tráfico cambió la normativa y desde el principio de año conducir sin gafas si las necesitas puede costarte dinero. “El punto más relevante establece que los conductores con defectos visuales pueden ponerse al volante siempre que cuenten con la corrección óptica para compensar el defecto refractivo”, señala Martínez Moral.
Y no solo hablamos de miopes o hipermétropes, sino también de aquellas personas que ya tienen vista cansada (presbicia) y necesitan “utilizar elementos compensadores de la visión, utilizar unas gafas con lenes bifocales, progresivas, o bien lentes de contacto multifocales, para ver mejor la carretera y el cuadro de mandos del vehículo”, añade el experto.
La exigencia de llevar cualquier tipo de elemento compensatorio de la visión en cada caso va a constar en la parte de detrás del carnet de conducir, con lo que va a ser difícil poder escapar de la sanción sin nos pillan conduciendo sin gafas o lentillas.
Por último, y ya fuera de la obligatoriedad, desde el CGCOO recomiendan no conducir si se está tomando algún medicamento que pueda alterar la visión, y no hacerlo en ningún caso si nos hemos sometido a un examen ocular con dilatación de pupilas hasta que no pase el efecto de la medicación.