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El pelotón se enfrenta este jueves a una duodécima etapa del Giro de Italia que puede provocar algunas sorpresas. Después de la exhibición al esprint del italiano Jonathan Milan que le dio la victoria en la etapa de ayer en Francavilla al Mare, los corredores vuelven a medirse sobre el asfalto en una jornada ligeramente más corta pero exigente.
La serpiente multicolor partirá de Martinsicuro y llegará a Fano tras 193 kilómetros, en un recorrido más irregular que el de este miércoles, con 4 cotas de cuarta categoría y terreno más propicio para una escapada.
Si la de ayer fue una rápida y larga etapa de transición, con más de 47 kilómetros por hora de media, hoy se espera que cambie la situación, gracias a un trazado que tiene chicha y que puede resultar peligroso por los continuos repechos marcados, sobre todo una rampa del 20% situada a una decena de kilómetros de la llegada, en lo que es una clara invitación a una fuga y a evitar otra llegada masiva.
Los 193 kilómetros de hoy servirán para conocer si la careta conservadora que lleva esta semana el líder Tadej Pogacar ha servido para enfriar su sangre, se acomoda con tranquilidad en el pelotón y coordina el trabajo de sus gregarios.
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