Después de pasar más de dos décadas acumulando éxitos desde delante de la cámara, Paz Vega decidió ponerse por primera vez tras ella. Y lo ha hecho de la forma más honesta y sensata, hablando de un mundo que recuerda, y de un pasado parecido al suyo propio. La protagonista de su notable debut como directora, ‘Rita’, es una niña que crece en la Sevilla de 1984, observando el mundo con los ojos muy abiertos, y creando junto a su hermano un soleado mundo de fantasía que los mantiene a resguardo de los nubarrones que se ciernen sobre el de sus padres. La película, que llega a los cines el 25 de octubre, acaba de presentarse entre aplausos en el Festival de Locarno.
Al ver ‘Rita’ resulta inevitable dar por hecho que, al menos parcialmente, es una película autobiográfica. ¿Cuánto hay realmente en ella de la infancia que usted vivió?
Esta película es resultado del primer guion que he escrito jamás, y sentí que tenía que escribir sobre algo que conozco, sobre imágenes que me resultan familiares. En el año 84 yo tenía 7 u 8 años, y recuerdo con mucho cariño imágenes que definían mi casa, como las telas y patrones que mi madre que tenía desperdigados, y con los que me hacía vestidos. Por entonces vivíamos en una España que estaba en plena transición. El país se creía moderno, pero en realidad seguíamos anquilosados en una visión rancia de la vida, herencia del franquismo, según la que la mujer debía estar encerrada en casa, y sometida a la voluntad de su marido. No estábamos preparados para leyes como la del divorcio, que acababa de ser aprobada.
Al hablar de lo que España era hace cuatro décadas, ¿hasta qué punto quiso dejar en evidencia también cuánto de esa España ha sido dejado atrás, y cuánto sigue vigente?
Creo que las noticias dejan claro que ese país rancio y retrógrado no ha sido superado del todo, y que en muchos ámbitos sigue imperando una masculinidad tóxica y arcaica. Y siento que en buena medida se está desandando parte del camino que habíamos avanzado, porque las redes sociales y la herencia transmitida de padres a hijos perpetúan ciertos comportamientos nocivos con respecto al sexo y la pornografía. Como dice la activista Ana María Pérez del Campo, una democracia en la que no hay igualdad total entre los sexos no es una verdadera democracia.
Entre otras cosas, ‘Rita’ es un homenaje a la infancia, a cuanto tiene de refugio frente al mundo de los adultos, y a la solidaridad infantil. ¿Cómo pensó unsted la película en ese aspecto?
La principal intención del proyecto mismo fue poner el valor el tiempo de la niñez, y reivindicarlo. Los adultos subestimamos a los niños, pensamos que no entienden las cosas, y nada más lejos de la realidad. Nunca fuimos tan sabios como cuando éramos niños. Porque de niña miras al mundo con una mirada muy limpia. Es a medida que vamos creciendo que nos envenenamos con los prejuicios, y con la ideología. Y mantener la inocencia que ellos tienen requiere mucha valentía; es mucho más fácil protegerse detrás del cinismo. Estoy convencida de que los niños son los únicos que pueden salvarnos de la catástrofe.
¿Por qué ha decidido ponerse tras la cámara ahora, tras una carrera llena de éxitos logrados desde delante de ella?
Yo no he estudiado cine, soy autodidacta; he aprendido a base de trabajar en muchísimas películas en muchos países, de adaptarme a muchas situaciones y de observar y escuchar. Y llegó un momento en el que sentí que tenía algo que contar, y que lo quería contar de determinada manera. Pero ese momento no ha sucedido ahora, sucedió hace nueve años. La gente quizá piense que mi carrera como actriz me lo puso muy fácil a la hora de debutar como directora, pero no es cierto. Ha sido un camino muy complicado, que ha exigido muchas renuncias y decepciones.
Usted coprotagoniza ‘Rita’ además de dirigirla. ¿Por qué?
En primer lugar, porque esta es una película muy modesta, y que yo interpretara el papel de la mamá de Rita significaba que evitaríamos tener que pagar un salario más. Y, en segundo lugar, porque mi nombre es conocido y puede facilitar el recorrido comercial de la película. Pero la posibilidad de aparecer en la película nunca fue el motivo para hacerla. No la escribí con la intención de hacerme a medida un personaje con la intención de lucirme como actriz.
¿Ha hecho ‘Rita’ para demostrarse que podía dirigir una película, o más bien con la intención de empezar una andadura como directora paralela a su carrera como actriz?
Sin duda, aspiro a que sea ton solo la primera de muchas películas dirigidas por mí. Y, obviamente, espero no tardar tanto tiempo en dirigir la segunda. Quizá esté mal decirlo pero, actualmente, escribir y dirigir es lo único que realmente me motiva, de verdad. Por primera fez en mi vida, me he sentido absolutamente realizada. He tardado casi 50 años en sentir algo así pero, como suele decirse, más vale tarde que nunca, ¿no? Por momentos lamento no haberme lanzado a dirigir cuando tenía 25 o 30 años pero, por otra parte, tal vez no era el momento. Mi intención es usar el poder que me otorga mi trabajo frente a la cámara para poder impulsar el trabajo que quiero hacer detrás de ella. Veremos.
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