Xavi se liberó al anunciar su marcha. Y el Barça se liberó al encontrar la estabilidad defensiva que le hizo ser campeón de Liga la pasada temporada, además de llevarse la Supercopa. El técnico, consciente de que su equipo se estaba desagrando en un enero trágico (recibió 19 goles en ocho partidos, 11 de ellos en los tres encuentros), modificó su plan para detener esa hemorragia que le hizo irse, descubrió a la ‘joya Cubarsi’, el niño que dio sentido a toda esa línea, y se inventó en Vitoria a Christensen de mediocentro para taponar ese boquete.
Ahora, Mbpapé, el delantero más eficaz del mundo (39 goles, 40 partidos) por encima incluso de los registros de Haaland en el Manchester City (30 goles, 36 partidos), pondrá a prueba esa idea tramada por el técnico azulgrana. Él y Dembélé, que vuelve a Barcelona, la ciudad donde nunca fue feliz porque se le rasgaron los músculos con demasiada frecuencia, son el examen definitivo que debe pasar el Barça. Primero, este miércoles en el Parque de los Príncipes; luego, el 16 en Montjuïc.
Pero el equipo de Xavi es tan estable ahora que solo ha recibido siete goles en los 11 partidos que ha encadenado sin perder sabiendo que su entrenador se irá en junio. O casi, 0.63 por partido, casi cuatro veces menos (2.37) que al principio de este 2024. “Estamos disfrutando a la hora de defender”, confesó Xavi tras ganar al Las Palmas. su último partido antes de viajar a París.
A Ter Stegen le tiran menos que a Iñaki Peña
No era responsabilidad del portero suplente que tuvo que ser titular por la operación en el hombro de Ter Stegen. Ni mucho menos. Pero el Barça de Iñaki Peña recibía muchos disparos (117 en ocho partidos, casi 15 por encuentro) siendo más vulnerable en una defensa con la que empezó en enero de la que ya no queda rastro, por mucho que sean casi los mismos jugadores. Pero colocados de manera bien distinta. Ante Las Palmas, estrenado el 2024, Xavi ordenó una zaga formada por Cancelo (lateral derecho), con Araujo y Koundé como centrales y Balde de lateral zurdo. Tres se mantienen en el nuevo orden defensivo que arropa a Ter Stegen (114 tiros en contra, 10 por partido), pero ninguno en el sitio que ocuparon en el estadio Gran Canaria. Al alemán le tiran mucho menos a puerta (29 disparos) y jugando bastantes más (2.610 minutos) que a Iñaki Peña: 40 tiros en 720.
Hasta Koundé disfruta siendo lateral derecho
En los primeros cinco partidos del 2024 hubo cuatro laterales derechos distintos, síntoma de las pruebas que trazó Xavi sin éxito. Cancelo, el titular, dio paso a Koundé, incómodo en ese rol, Araujo y hasta Sergi Roberto. Pero el francés, y coincidiendo con la explosión del ‘fenómeno Cubarsí’, terminó sintiéndose tan cómodo y adaptado a esa función en la banda derecha que hasta disfruta. Su eliminatoria contra el Nápoles, en la que anuló al díscolo y rebelde Kvaratskhleia, le dio la autoridad como lateral que tuvo en el curso pasado. Pero no en este. Al delantero del conjunto italiano lo dejó seco en la ida (0 tiros a puerta) y en la vuelta (0 tiros), siendo sustituido en ambos encuentros. “Este es el nivel que queremos de Jules, rayando en lo excelente. Está en muy buen momento de forma”, contó Xavi. “Juega con personalidad, no le quema el balón y piensa en defender, no es fácil encontrar futbolistas que disfruten defendiendo. Y él, sí”.
Araujo vuelve a ser únicamente central
Tras el fallido experimento de lateral derecho en la Supercopa de España, el uruguayo ya no se ha movido del eje de la zaga. Sufrió tanto en la final con el Madrid que en apenas 10 minutos el Barça encajó dos goles de Vinicius. Y Araujo terminó siendo expulsado (m. 71) de un partido que, de momento, ha significado su punto y final como lateral, a no ser, claro, que Xavi recupere este modelo en la Champions para intentar detener al incontenible Mbappé. En el camino, ha perdido a su socio tradicional (era Christensen y con esa pareja Xavi fue campeón de Liga) porque la llegada de Cubarsí ha modificado todas las jerarquías. Y el uruguayo se mueve en función de lo qué haga el joven de La Masia. A veces, es central diestro. En ocasiones, central zurdo. Pero siempre central. Nada de irse a la banda. Al lado de Cubarsí, la figura correctora de Araujo adquiere mayor valor porque solo debe preocuparse de defender, sin tener que asumir otras responsabilidades en la construcción del juego.
Pau Cubarsí, el niño que dio sentido a todo
Entró sigilosamente en Salamanca, aprovechando la valentía de Xavi y unas molestias en el tendón de Aquiles de Christensen, que aún siguen. Y desde aquella noche (18 enero), Pau Cubarsí se ha transformado en un jugador estructural. Pero no solo en la defensa sino en todo el equipo. Era un niño (debutó con 16 años) y lo sigue siendo (ahora tiene 17). Ha dado sentido a la idea que tenía Xavi de regenerar al Barça desde atrás, el principio de su obra. Es Pau un central con pies de interior, capaz de fusionar el pase corto, tenso, preciso y liberador, con el desplazamiento lejano, que airea y aclara el paisaje a sus compañeros porque les abre rutas inesperadas para el rival. Es tan esencial su aportación que Xavi ha cambiado hasta de sitio a Araujo para potenciar las virtudes de este adolescente, que , además, no olvida lo esencial de su delicada tarea. Es defensa y le encanta defender. Defensa limpio (ocho faltas cometidas en 1.100 minutos, ni una sola tarjeta recibida), al que cuesta horrores superar. Si no que se lo pregunten a Osimhen, al que anuló en Montjuïc. Empezó Xavi el 2024 con Cancelo, Araujo, Koundé y Balde. Tres de los cuatro siguen, pero más ordenados, rigurosos y responsables en su oficio porque vino un niño a colocarlos a cada uno en su sitio.
Cancelo, el diestro que juega por la izquierda
Tenía Xavi dos laterales zurdos. Pero, al final, ha sido Cancelo quien ha dado vuelo, profundidad y dinamismo al equipo por ese flanco ante las graves lesiones de Balde, que se despidió de la temporada, y de Marcos Alonso, quien apenas ha disputado 299 minutos de competición al tener que ser intervenido en Francia de sus problemas lumbares. Con los especialistas en la enfermería, el portugués, que está cedido por el City, se ha asentado en esa banda, donde su talento ofensivo (suma cuatro goles y cuatro asistencias) es casi más valioso que su anarquía defensiva, obligando a correcciones por parte del central zurdo, sea Cubarsí, Iñigo Martínez o Araujo, y las ayudas que le proporciona Christensen, el mediocentro ideado por Xavi en Vitoria para poner un tapón.