La Superliga, con Florentino Pérez y Joan Laporta a la cabeza, vuelve a moverse entre bambalinas. Sabedora de que su victoria parcial en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha supuesto un golpe de efecto en su pulso con UEFA y FIFA, ahora espera que sea la justicia española la que refrende que están “abusando de su posición dominante” y que no le pueden impedir intentar poner en marcha su visión de lo que debe ser el futuro del fútbol europeo. Y, de paso, como está haciendo ya supuestamente en reuniones secretas, dar una última prueba a los clubes que se marcharon de que no solo tienen un proyecto más atractivo que el original, sino que no habrá represalias si deciden volver.
La vista se celebrará este jueves en el Juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid, aunque, incluso en el caso de que se de un nuevo paso en sentido positivo para el proyecto, solo parecerá hacer más evidente lo largo que será el camino hasta que la Superliga y sus competiciones puedan ser una alternativa real a la UEFA y su Champions League, si es que alguna vez lo llegan a ser.
Por el momento, ya han pasado tres años desde que este juzgado madrileño enviara el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que no entró a valorar el fondo del tema sobre si puede o no haber Superliga, pero que sí que declaró ilegales algunas de las normas de UEFA y FIFA que, de facto, impedían la aparición de nuevos proyectos.
Abuso de poder y sanciones ilegales
Esas normas son contrarias a derecho porque, según dijo el tribunal de Luxemburgo, estas dos organizaciones no pueden supeditar a su autorización previa la existencia de cualquier nueva iniciativa, igual que tampoco pueden amenazar con sanciones a los jugadores y clubes que se interesen por participar en ellas.
Una postura que, por cierto, ya adelantó la Audiencia Provincial de Madrid hace un año cuando decidió reactivar las medidas cautelares que blindaban a Real Madrid y FC Barcelona frente a las potenciales sanciones de UEFA y FIFA, demandadas por abuso de poder.
“A la vista de los indicios que se han puesto a nuestro alcance, no nos parece que el modo de conducta de las demandadas pueda justificarse como una protección de los intereses generales del fútbol europeo, sino que lo que advertimos es una actuación que reúne todas las características de un injustificable abuso por quién ostenta una posición de dominio“, dijo entonces el tribunal.
Retoma contactos con los clubes ingleses
La decisión del TJUE a finales de 2023 revitalizó en cierta manera el proyecto de la Superliga, que había visto cómo la amenaza de sanciones y el rechazo de los aficionados al modelo inicial planteado había reducido los integrantes del proyecto a dos: el Real Madrid, principal impulsor con Florentino Pérez a la cabeza, y el FC Barcelona.
Ahora, y después del impulso de esa decisión y de la que podría tomar mañana el Juzgado de lo Mercantil número 17 en la misma línea, desde la Superliga transmiten en las últimas semanas que, además del Nápoles, más clubes se han vuelto a interesar en el proyecto. Incluidos supuestamente los ingleses, que son los que tienen la llave para que además de legal también sea interesante.
“Es un proceso absolutamente lógico y natural. Todo el mundo está tratando de hacerse una idea de lo que podría significar la sentencia, es la obligación profesional de los clubes saber lo que este cambio en la gobernanza de los clubes en Europa podría significar para ellos”, señaló Bernd Reichart, CEO de ‘A22 Sports Management’, la empresa que impulsa y asiste a la Superliga, a la agencia de noticia ‘PA’.
Recientemente el proyecto recibió, sin embargo, un pequeño revés por parte de Europa, pues, según la documentación a la que tuvo acceso El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, no podrá registrar la marca ‘The Super League’ (Superliga) porque entra en conflicto con el nombre de la liga danesa de fútbol. La decisión todavía puede recurrirse ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), que es quien ha tomado esta decisión.