La Liga femenina de fútbol (Liga F) arranca este viernes con un Espanyol – Real Madrid (DAZN; 20.00) que dará el pistoletazo de salida a una competición en la que, en lo puramente deportivo, no parece que vaya a haber mucha pelea por el título si no cambian mucho, que no se espera, las cosas. Un año más, el Barça de la Balón de Oro Aitana Bonmatí y de Alexia Putellas irrumpe como claro favorito para conquistar el que sería su décimo campeonato doméstico consecutivo.
Por el principal reto, más que en el campo, estará en las gradas. “Los datos son mejores, pero están muy lejos de los que queremos”, reconoció Beatriz Álvarez Mesa durante la presentación de su tercera temporada al frente de la Liga F. “Los clubes se están esforzando por mejorar”, recalcó la presidenta del campeonato, que pidió públicamente un esfuerzo a las jugadoras.
“Todo lo que queráis o creáis que debamos construir, hacia dentro, quejarnos, aportar soluciones. Pero hacia afuera tenéis, tenemos, la responsabilidad de decir cosas positivas”, enfatizó. “No me identifico nada con el mensaje de que nada ha cambiado. La visión que tiene la gente en la sociedad es que se están dando pasos importantes. No es ser conformistas, es celebrar lo que tenemos”, añadió Álvarez Mesa, tratando de sacar el lado positivo de una situación encallada.
El impulso del Mundial, desaprovechado
Porque la realidad marca que tras el éxito del Mundial conquistado por España en 2023, ese esperado impulso no se ha traducido en un seguimiento masivo, al menos en lo que a la asistencia a los campos se refiere. Las gradas vacías o semivacías siguen siendo la tónica habitual de un campeonato que, salvo contadas excepciones, presenta aspectos desangelados cada vez que juegan los equipos de la Liga F. Un total de 375.000 espectadores estuvieron presentes en los 240 partidos que se jugaron la temporada pasada, con una media por jornada de apenas 12.500 y por partido de 1.559.
Y si se analizan más en detalle, las cosas empeoran. El Barça es el único equipo que da un empujón a las estadísticas, aunque en gran medida por las cifras de un día en concreto. Las azulgranas llevaron 104.534 aficionados (un 28% del total) a las gradas durante la pasada temporada, pero más de un tercio de ellos correspondieron a un solo partido: 38.707 espectadores vieron en Montjuic el partido ante el Real Madrid, por descontado el choque de toda la Liga con más afluencia. Los 65.827 restantes se repartieron entre los otros 14 partidos que disputó el campeón de la UEFA Women’s Champions League en el Estadio Johan Cruyff, cancha que comparte con el filial azulgrana.
Una media como local de 6.968 espectadores, la más alta con diferencia de los 16 equipos de Liga F. Muy lejos del Barça se sitúan el Real Madrid (2.220 espectadores de media), el Athletic (2.205) y el Atlético (1.852). Siete de los equipos no superan el millar de asistentes de media y Villarreal (667), Sevilla (582) y Madrid CFF (464) cierran la tabla.
Además, el Barça también fue, en este caso como visitante, el factor diferencial para que varios equipos lograran sus mejores datos. El Levante, que congregó a 10.834 espectadores en el Ciutat de Valencia cuando recibió a las campeonas, el Costa Adeje Tenerife (9.053) en el Heliodoro Rodríguez López y el Granada (7.000) en Los Cármenes son los ejemplos más destacados de una dinámica habitual.
A pesar de que, aparte de los estadios ya mencionados, San Mamés (Athletic), Metropolitano (Atlético), Mestalla (Valencia), el Nuevo Colombino (Sporting de Huelva) y Reale Arena (Real Sociedad) o Ipurúa (Eibar) abrieron sus puertas en fechas especiales, dichas citas solo sirvieron para maquillar un poco la situación.
Abismal diferencia con la Liga inglesa
Medidas como las impulsadas por el Atlético, que permite asistir gratis a los partidos del femenino si se tiene el carnet de socio del masculino, o las de Deportivo de La Coruña, que tras el ascenso ha optado por dar la opción de que sus abonados puedan también serlo del Dépor ABANCA por un coste adicional de solo 15 euros más, no dan por ahora el resultado que cabría esperar.
Mientras se siguen buscando soluciones, las cifras del campeonato español contrastan sobremanera con las de la Liga inglesa. Tras la Eurocopa de 2022, celebrada en suelo inglés y cerrada como un éxito rotundo en términos de audiencias y afluencia, ese impulso fue aprovechado para potenciar el torneo doméstico y llevarlo a otra dimensión.
El pasado año siguieron ese camino, abriendo más grandes estadios que en ningún otro campeonato europeo, y rompieron todos los registros históricos de asistencia. Durante la primera mitad de la temporada llegaron a tener una media de 13.000 espectadores por partido, aunque durante la segunda esas cifras bajaron, quedándose finalmente la media en 7.377. O lo que es lo mismo, se quedaron muy cerca del millón de aficionados (973.785) en el total de los 132 partidos que conformaron el campeonato.
Y no parece que vayan a frenar el año que viene. Para muestra, el trabajo del Arsenal, que ya ha dado a conecer que esta temporada su equipo femenino jugará todos sus partidos en el Emirates Stadium, al igual que los hombres. No es para menos, porque el año pasado se quedaron cerca de llegar a los 30.000 espectadores de media.
54.115 aficionados ante el Liverpool, 35.829 frente al Aston Villa, 60.160 (récord) ante el Manchester United, 60.050 contra el Tottenham, 42.820 ante el Leicester… fueron los más reseñables de un año en el que el fútbol femenino inglés marcó el camino con sus números. Y que son, por ahora, inalcanzables para los equipos femeninos españoles, más allá de algún partido aislado.