La Cueva del Agua de Tíscar es una de las primeras grutas naturales conocidas en España, de naturaleza calcárea que se ubica en la aldea homónima, perteneciente al municipio de Quesada, en Jaén. En ella se funden el agua del río Tíscar y la roca del Monte del Caballo. Su formación se debe a la erosión del río, que ha excavado una profunda garganta por donde transcurre mediante saltos, cascadas y fuentes, para confluir en el llamado Pilón Azul, situado en las proximidades de la aldea de Belerda.
Declarada monumento natural de tipología mixta, geológica y paisajística, por la Junta de Andalucía el 23 de abril de 2019 también es conocida esta cavidad como Gruta de las Maravillas de Cazorla, debido a la luz, agua y formas espectaculares de saltos de agua en época de deshielo y sus formaciones estalactíticas.
El agua aparece y desaparece en este tramo, y se precipita filtrándose en la roca creando a su paso cuevas, fuentes y cascadas, en el que se han encontrado pinturas rupestres, la marca de sus primeros habitantes. El viajero se queda con la boca abierta cuando contempla la majestuosidad de este enclave, uno de los más especiales del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas.
Asimismo, se encuentra incluida en el catálogo de manantiales y fuentes de Andalucía de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible.
Cómo llegar
Desde Jaén, el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por las carreteras A-316 y A-315 y desde Granada el viaje es de alrededor de 1 hora y 45 minutos por la vía A-92.
Acceso al interior de la Cueva del Agua
La Cueva de las Maravillas se localiza 13 kms. de Quesada, junto al santuario de Tiscar, dirección Baza, pasando por puerto de Tíscar, con una altitud 1.189 metros y a tan sólo 25 kms. de Cazorla.
El acceso, totalmente libre y gratuito, se realiza a través de un túnel cavado en la roca de unos 10 metros de longitud y uno de alto. A continuación, unos 144 escalones dirigen a una plataforma que sirve como mirador del interior de la cueva y desde allí podremos ver varios saltos de agua espectaculares y la imagen de la Virgen de Tíscar.
Justo al lado de la entrada hay un parking donde poder dejar estacionado el vehículo. Y se recomienda realizar la visita en primavera, pues normalmente es cuando el río lleva más agua.
«Además de por su elevado interés etnográfico (en su entorno hay una ermita) y geológico, con estalactitas en formación y abundantes depósitos de travertinos intercalados con guijarros, la Cueva del Agua de Tíscar destaca por albergar un gran número de plantas umbrófilas. De estas destacan el culantrillo de pozo (Adiantum capillus-veneris), la flor de la viuda (Trachelium caeruleum) y la hiedra (Hedera helix), entre otras», señalan desde la Junta de Andalucía.
Leyenda de la Virgen de Tíscar
La Cueva del Agua es conocida también como Cueva de la Virgen de Tíscar ya que, según la tradición, allí se apareció la Virgen en 1319 al rey Tíscar, Mahomad Abdón para aconsejarle que debía rendirse, con el fin de evitar la muerte en uno y otro bando (entre moros y cristianos, siglo XIV).
Los árabes decidieron entonces arrojar la talla a la Cueva del Agua, al pie de la fortaleza, desde la Peña Negra, hasta en siete ocasiones, pero la Virgen volvía hacia arriba cuantas veces lo intentaban, por lo que Mahomad Andón, enfurecido, la rompió en mil pedazos.
Cuando los cristianos llegaron al recinto del Castillo, tanto el infante como los Arzobispos buscaron la imagen para darle gracias por su protección en la conquista, y al no encontrarla, le preguntaron a un moro, que arrepentido, les contó lo sucedido. Los cristianos recogieron los pedazos y los llevaron a restaurar a Toledo, pero la Virgen volvió a Tíscar de forma milagrosa, levantándose una capilla para rendirle culto.
Conciertos de música
Esta impresionante cueva repleta de tesoros naturales sirve de escenario para la realización de conciertos de música, organizados por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Quesada desde 1993, dada su magnífica acústica y la belleza de éste. Así el segundo sábado de agosto de los últimos años han tenido lugar conciertos de música andina, árabe-andalusí, sefardí y música celta.