Ubicada en el estado de Baden-Wurtenberg, a orillas del Danubio, está Ulm, ciudad que vio nacer al gran Albert Einstein y en la que la Grande Armée de Napoléon Bonaparte obtuvo una importante victoria sobre el ejército austriaco liderado por el general Mack von Leiberich, dos hechos que la situaron, sin duda, en el mapa. Pero, además, este enclave resulta de lo más atractivo por atesorar un rico patrimonio formado por monumentos históricos, como el Ayuntamiento con sus magníficas pinturas de fachada, la Handelshaus (casa de los comerciantes), la antigua Steinhaus (casa de piedra), la Schwörhaus (casa de juramento) del siglo XVII y la romántica capilla de San Nicolás (1220), construcciones modernas notables, como el edificio de cristal de la biblioteca central, y numerosos museos de imprescindible visita. Pero, por encima de todos ellos dominando la ciudad está su catedral, símbolo de esta ciudad alemana que cuenta con un récord, el de la iglesia con la torre más alta del mundo.
Historia y arquitectura
La que es también la iglesia protestante más grande de Alemania se construyó durante más de 200 años en dos etapas, de 1377 a 1543 y de 1844 a 1890.
En 1376 el emperador Carlos IV tras visitar la ciudad decidió prohibir a sus ciudadanos acceder a la iglesia parroquial ubicada a las puertas de la ciudad, que en ese tiempo estaba amurallada. Así pues, en 1377 estos decidieron levantar una nueva en el centro en estilo gótico. Los primeros constructores pertenecían a la familia Parler y a ellos se les debe principalmente el coro. Las familias Ensinger y Kun levantaron la nave principal y la torre oeste hasta una altura de 70 metros (1392-1477). Matthäus Böblinger continuó el trabajo de estos diseñando la torre principal que se completó en el siglo XIX, mientras que Burkhart Engelberg se encargó de la división de las naves laterales mediante pilares redondos.
En 1530 los ciudadanos sometieron a votación su fe. La gran mayoría estaba a favor de la introducción de la Reforma, por lo que numerosos altares y estatuas fueron retirados del templo y algunos incluso destruidos. Esto llevó a parar las obras en 1543. Sería en 1844 cuando se retomaría la construcción por parte de Ferdinand Thrän, Ludwig Scheu y August von Beyer. De ellos son las dos torres del coro, los contrafuertes y pináculos, la galería del órgano y la torre oeste de 161,53 metros conocida hoy día como el ‘dedo de Dios’ por su gran altura. En 1890 finalizaron las obras tras colocarse una aguja en su punto más alto.
Una vez admirado su majestuoso exterior es momento de entrar a su interior donde destacan la sillería del coro, en la que están representados tanto el lado masculino como el femenino con referencias a sibilas, filósofos, personajes bíblicos y santos; el púlpito, donde se centran los servicios religiosos desde la Reforma y en el que resaltan los relieves de piedra del parapeto creados por el artista Martin Scheible en 1937; la casa del sacramento, lugar donde se guardaban las hostias sagradas antes de la Reforma que se levanta 26 metros junto al arco del coro, y la capilla Besserer cuyas vidrieras, que representan la historia bíblica desde la creación hasta el Juicio Final, se encuentran entre las obras de arte medievales en vidrio más importantes del sur de Alemania. Además, están las vidrieras de la nave central donadas entre 1948 y 2018 –las anteriores fueron destruidas en la Segunda Guerra Mundial– entre las que se encuentran obras de importantes artistas del siglo XX como Hans Gottfried von Stockhausem, Peter Valentin Feuerstein y Johannes Schreiter.
Curiosidades y leyendas
-Se dice que cuando se estaba levantando la catedral los constructores no conseguían meter una viga -demasiado larga- por las puertas de la muralla, pero viendo como un gorrión atravesaba un espacio estrecho con una paja alargada girándola en sentido longitudinal, estos vieron la luz y consiguieron finalmente pasar la viga. Desde entonces este pájaro es un símbolo de la ciudad y está presente en forma de estatuilla en muchos de sus rincones.
– En realidad, no es una catedral ya que nunca hubo un soberano ni un obispo en Ulm, es una iglesia comunitaria construida por los ciudadanos.
– Actualmente se puede subir a la torre tras ascender 768 escalones lo que lleva al visitante hasta casi unos 150 metros de altura desde donde divisar toda la ciudad y si el día está despejado se pueden ver hasta los Alpes. A medio camino se encuentra el museo de la torre.
-También cuenta la leyenda que el alcalde de Ulm cubrió la primera piedra de la iglesia con cien florines de oro que sacó de su propio bolsillo y fue imitado por las familias burguesas, los comerciantes más ricos y por el resto del pueblo que arrojó monedas de oro y plata sobre aquella piedra para demostrar la riqueza de la ciudad. Gracias a las donaciones pudo ser completado el templo.
– Este templo iba a tener unas agujas mucho más pequeñas, pero los responsables de su construcción decidieron elevar la altura de sus torres para poder superar a las de la catedral de Colonia (157 metros).
– En 1944 Ulm fue destruida por un bombardeo, pero milagrosamente la catedral quedó en pie en medio de los escombros.