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Jo Nesbø: “En realidad, soy un tipo bastante vago que recibe más atención de la que merece”


Vine aquí hace tres o cuatro años por primera vez para escalar en El Chorro. Y me enamoré de la ciudad y de las posibilidades de escalar que ofrece. Así que decidí instalarme para trabajar y escalar durante el invierno, la mejor época para escalar. Compré un pequeño apartamento en el Centro de la Ciudad y ya llevo un par de meses aquí. Por cierto, hace unas semanas fui a ver el Málaga-Real Sociedad de la Copa del Rey… Lo hicieron muy bien, así que ya se puede decir que soy seguidor del Málaga. 

Ya que empieza a conocer bastante bien el lugar, ¿le sugiere la Costa del Sol alguna historia para escribir o hace aquí demasiado sol para una historia de Jo Nesbø?

Quizás, quién sabe. Todo lo que escribes es el resultado de lo que vives, de la gente que conoces, de los lugares que en los que estás. Durante muchos años he ido a Kálimnos, en Grecia, y esos viajes resultaron el año pasado en un relato ambientado allí. No tenía ni idea de que terminaría escribiendo sobre Kálimnos, así que seguramente si paso el tiempo suficiente aquí habrá alguna historia sobre Málaga en algún momento. 

Hablemos de ‘La casa de la noche’. Dice que está inspirado en sus miedos de pequeño. ¿Qué era lo que más miedo le daba al Jo Nesbø niño? 

El primer terror que recuerdo es cuando mi madre me mandaba a la bodega a coger las patatas para la cena. Siempre imaginaba que en las estanterías había un pequeño hombre amarillo. Pensaba que si solo bajaba y no pensaba en aquello y saliera tan rápido como pudiera no habría problema. Sabía que estaba solo en mi cabeza pero es que entonces ya mi cabeza era muy intensa y activa… Así que bajaba pero siempre acababa mirando las estanterías para buscar al pequeño hombre amarillo. ¡Y allí estaba! [Ríe]

Perder la cordura, ése es mi miedo definitivo”

Los adultos también tenemos miedos. ¿Cuáles son los suyos ahora mismo?

Perder mi cordura, ése es mi miedo definitivo. No tengo antecedentes en la familia que yo conozca pero he pasado tiempo cerca de personas con problemas mentales y sé que es un lugar muy frío y desagradable en el que estar.

Es curioso que el protagonista del libro, Richard, no es alguien particularmente agradable, incluso puede ser un bully quizás como reacción a su condición de outsider. 

Richard es el clásico bully, el acosador que ha sido acosado. 

El escritor Jo Nesbø, en Málaga. / ÁLEX ZEA

¿Y cómo era Jo Nesbø a esa edad adolescente?

De alguna forma me atraían los bullies; en realidad, ellos se hacían amigos míos. Mis compañeros de clase me preguntaban: “Tú eres guay, ¿por qué tienes esos amigos tan malos? Odiamos a tus amigos”. Y yo respondía: “No lo sé, no son tan malos si los llegas a conocer”. No sé, eran carismáticos, dominantes, sí, pero también interesantes. Supongo que todo tiene que ver con mi curiosidad. He terminado escribiendo muchas historias sobre personas que han sido acosadas pero también sobre acosadores, desde su punto de vista. Con mis historias intento ir a lugares donde encuentro cosas que despiertan mi curiosidad, y uso mi imaginación para ver cómo es el mundo si eres, por ejemplo, un acosador, o un nazi o un pedófilo.   

La novela negra es una excusa para hablar de la condición humana y de los dilemas. ¿Qué le permite el terror que no se lo dé la novela negra?

A menudo el terror es una historia moral, con más en común con los viejos cuentos de hadas que con otra cosa. Por ejemplo, en las historias de terror tradicionales americanas si tienes sexo antes del matrimonio, vas a morir; al final de la historia, la virgen es la que sobrevive. A veces necesitamos una excusa moral detrás de algo horrible sabiendo que hay una resolución de la historia, algo con una lección que aprender. Como, por ejemplo, no te desnudes demasiado pronto en la película [Ríe]   

Hablando de películas, considera que más que un libro ‘La casa de la noche’, supongo que por su ritmo y su sugerncia visual, es un filme. ¿No se atreve a hacer directamente la película, a dirigirla? De hecho, su admirado Bret Easton Ellis acaba de anunciar que debutará como director con una película de terror.

Pues me sondearon una vez, los productores de ‘Headhunters’ [una película basada en su libro homónimo]. Los de mi generación todos tenemos el sueño secreto de dirigir una película, así que dije: “OK, vamos a hacer un cortometraje para probar”. Y la verdad es que fue horrible: no consigues los actores que quieres, las localizaciones que quieres, el presupuesto que quieres… Fue más frustrante que satisfactorio. Como escritor tengo el presupuesto que quiero, el actor que quiero, las localizaciones que quiero… Ahora mismo estoy trabajando en una serie de televisión sobre Harry Hole, que se empieza a rodar en Oslo este verano. Y el director me ha pedido que yo dirija un episodio. Sé que me arrepentiré porque es mucho trabajo y mucho estrés pero he dicho que sí. Ya veremos…  

Futbolista, escalador… Pero tiene el trabajo más sedentario de todos: escribir. ¿Cómo mantiene en equilibrio ambas facetas?

La gente, desde fuera, cree que hago demasiadas cosas pero, en realidad, tengo una hija veinteañera, escribo, escalo, a veces toco con mi banda [Di Derre, pop rock con mucho storytelling] y la mayor parte del tiempo lo paso haciendo nada. Básicamente, soy un tipo vago que recibe más atención de la que merece. El año pasado hice una ruta de escalada muy dura en Tailanda y los medios escribieron sobre ello. Un colega escalador me dijo. “No escalas más ni más duro que nosotros, pero recibes más atención por esta ruta que nosotros durante una vida entera de escalada… ¡No es justo!”. Y no es justo [Ríe]

¿Marcar un gol en la Champions con el Tottenham o ganar el Nobel de Literatura? ¡Oh, eso es difícil Bueno, no es tan difícil: ¡Tottenham!”

Dilema: ¿Marcar un gol en la Champions con el Tottenham o ganar el Premio Nobel de Literatura?

[Ríe] Oh, eso es difícil… [Se lo piensa] No, no es tan difícil: ¡Tottenham! A Elton John y Rod Stewart, que jugaron al fútbol de chavales, les preguntaron si cambiarían sus carreras musicales por jugar en Wembley y dijeron que sí. No les creo pero lo dijeron [Ríe]  

Una curiosidad: me da la sensación de que igual que Richard usted también ha autografiado algún ejemplar de sus libros al pasar por una librería como regalo para un lector invisible.

Oh, sí, lo he hecho muchas veces. Una vez, al principio de mi carrera literaria, estaba en Manila y vi que en una librería tenían ‘Petirrojo’ [una de las novelas de Harry Hole] tras el mostrador y quería comprar algunos. Y le dije a la dependienta: “Yo soy el autor de estos libros”. Y me dijo: “Un momento, voy a llamar al jefe”. Y ahí se fue, mientras se formaba una cola muy larga en la librería y yo empezaba a sentirme avergonzado, y a escuchar a una mujer que decía en voz alta: “¿Jo? ¿Pero ése no es un nombre de mujer?”. [Ríe] Así que al final vino el hombre, el jefe y me pidió si tenía algún documento de identificación para probar que yo era el autor. Yo no llevaba nada encima, tenía el pasaporte en el hotel. Entonces me dijo: “OK, si vienes mañana con tu pasaporte puedes firmar dos libros” [Ríe]



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