Al igual que sucede con el espectáculo que brindan los bellos campos de lavanda de la Provenza francesa o los especiales paisajes que ofrece la floración de los cerezos en el valle del Jerte, la localidad sevillana de Carmona se ha hecho famosa en los últimos años por ser un lugar de atracción para aquellas personas que quieren contemplar la belleza del girasol en todo su esplendor.
Los andaluces, y de manera más concreta muchos habitantes de pueblos de Sevilla, están más que acostumbrados a vislumbrar los campos de su tierra alfombrados por esta curiosa planta que tanta propiedades tiene y que se mueve de una manera tan curiosa según el momento del día. Una planta que es cotidiana para muchas personas, pero que está considerada como exótica por muchas otras personas, principalmente para los habitantes de países asiáticos como China y Japón, que en los últimos años han peregrinado hasta diferentes ubicaciones sevillanas en busca de la imagen idílica de estos campos.
La ciudad de Carmona se ha convertido en el destino preferido de las personas que quieren ver de cerca estos campos, ya que tiene una de las extensiones más importantes de toda Andalucía, con más de 70.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, que además tiene muchas aplicaciones en el sector alimentario. Campos de girasol, que por si fuera poco, tienen como telón de fondo una ciudad realmente espectacular como es Carmona, la que merece mucho la pena visitar y perderse por sus bonitas calles y monumentos.
Para poder disfrutar de esta panorámica lo mejor es llamar o ponerse en contacto con la Oficina de Turismo de Carmona, desde donde se canalizan todas las visitas a los campos de girasoles. Y es que los girasoles se encuentran en fincas que son privadas, algunas de ellas con accesos complicados, que además van cambiando cada año porque crecen en tierras de barbecho.
Desde la propia Oficina de Turismo de Carmona también pueden poner en contacto a los interesados tanto con un guía local que organiza una visita especial de unos 30 minutos de duración a los campos de girasoles, como con diferentes taxistas locales que pueden llevar a los turistas a las ubicaciones más interesantes para poder contemplar este espectáculo de la naturaleza.
«Este año se está notando ya de una manera más importante cómo después de la pandemia están retornando los turistas procedentes de Asia, de países como China y Japón, que acuden a informarse de cómo pueden visitar estos campos de girasoles. Además, sabemos que ya en estos países hay agencias que organizan también visitas para los turistas», explican desde la propia Oficina de Turismo de Carmona.
La mejor época de todo el año para contemplar este espectáculo de la naturaleza es el final de la primavera, preferentemente las últimas semanas del mes de mayo y el comienzo del mes de junio, que es el instante en el que esta planta llega a su máximo esplendor. Y es que la contemplación de este paisaje se ha convertido incluso en motivo de recomendación a nivel mundial por parte de la conocida publicación National Geographic.
Un fenómeno, el de contemplar los girasoles, que lleva más de dos décadas atrayendo al público oriental de una manera muy especial, hasta el punto de que esta fascinación se ha transmitido ya también al público local, que no pierde tampoco la oportunidad de contemplar Carmona ‘El Lucero de Europa’, enmarcada por esos infinitos campos de girasoles amarillos.