El Atalanta fue una de las sensaciones del fútbol europeo el curso pasado. Un equipo capaz de vencer al imbatido Bayer Leverkusen en la final de la Europa League. El segundo título en 63 años de un conjunto que ha confiado sus llaves desde casi hace una década a Gian Piero Gasperini. Fue el triunfo de la constancia y una oda a la vieja guardia. Sin embargo, apenas unos meses después de aquella gesta, “somos mucho menos competitivos”, lamentaba el técnico italiano antes de enfrentarse al Real Madrid en la Supercopa de Europa (miércoles, 21:00 horas).
Las palabras llegan después de una mala pretemporada en la una de sus estrellas, Koopmeiners, se ha puesto en rebelión para irse a la Juventus; y en la que su delantero de referencia, Gianluca Scamacca, se ha roto el cruzado. Los periodos previos a la competición oficial no arrojan más conclusiones que una lectura inicial de cómo llegan las plantillas. El propio Real Madrid va a participar en la final de Polonia con jugadores que ni siquiera han tenido minutos: es el caso de Mbappé, flamante nueva estrella del campeón de Europa.
Scamacca, delantero estrella, se rompió el cruzado
Sin embargo, en Bérgamo ha cundido el pesimismo en el retorno del club a una realidad que dista del retrato idílico de la conquista de la Europa League. El Atalanta ha disputado tres amistosos que se han saldado con un empate (AZ Alkmaar 2-2) y dos goleadas (4-1 frente al Parma y 3-0 contra el St. Pauli). Gris preparación salvo algún fogonazo de Ademola Lookman, héroe en la final de Europa League con un triplete. Como era de esperar en un campeón con el que nadie contaba, se han producido movimientos de fichas en un mercado que permanece abierto.
La ‘Dea’ (‘La Diosa’, como se conoce al club) ingresó casi 35 millones de euros por ganar el segundo torneo continental. Esto solo en conceptos deportivos, a lo que hay que sumar su exposición mediática y refuerzo de valor de marca. La idea de Gasperini y la dirección del Atalanta ha sido siempre la de aprovechar este impulso para seguir creciendo. De ahí la opción de compra efectiva (22 millones) sobre Charles De Ketelaere, mediocentro que brilló el curso pasado cedido por el Milan. O la incorporación por el mismo valor de Mateo Retegui, para suplir a Scamacca en un relevo que podría ser el de la selección italiana.
Scamacca se rompió el ligamento cruzado ante el Parma en el segundo amistoso de pretemporada. Tuvo que salir a hombros del campo. Fue un varapalo para el Atalanta, pero sobre todo para el jugador de la ‘Azzurra’, que había firmado 19 goles y siete asistencias el curso anterior. La campaña que arranca oficialmente con la final de la Supercopa de Europa iba a ser la de su confirmación como estandarte de un Atalanta obligado a acometer un giro brusco de guion.
Gasperini denuncia el chantaje de Koopmeiners
Por si fuera poco, Gasperini se ha encontrado con un motín a bordo protagonizado por otra de sus estrellas: Teun Koopmeiners. El mediocentro ofensivo ha decidido no entrenarse después de negociar con la Juventus. Con contrato hasta 2027, busca forzar su salida. La ‘Vecchia Signora’ habría puesto 55 millones sobre la mesa del Atalanta y 4,5 anuales en la mesa del jugador. “Él quiere irse, pero nos sentimos chantajeados”, lamentaba el entrenador del rival del Real Madrid, quien no estaba por la labor de perder a uno de sus puntales.
La situación parece tener una única solución, porque el propio Gasperini afirmó que “el jugador ya tiene un acuerdo con la Juventus, por eso decidió no entrenar ni jugar más con nosotros”. El Atalanta siempre ha tenido mentalidad de club vendedor, algo que precisamente le ha permitido competir en la primera línea del fútbol italiano y europeo. “Pero esta situación es diferente a lo que hemos vivido otras veces. No es útil ni para él ni para el equipo ni para sus compañeros“, lamentó el preparador de la ‘Dea’.
Cabreo por el juego en pretemporada
A los males extradeportivos se le une el pobre juego que ha desempeñado el Atalanta en pretemporada. Durante la pausa de hidratación del encuentro frente al Parma, Gasperini, que ha formado un equipo de autor donde todo depende de su figura, reprendió a sus futbolistas: “¿A qué mierda estamos jugando?”. A sus 66 años, nueve en Bérgamo, el entrenador italiano afronta uno de sus mayores retos en un momento único como es el enfrentamiento contra el Real Madrid por la Supercopa de Europa.
La posible llegada de Marc Pubill, lateral derecho español que acaba de ganar el oro olímpico, aplaca parte de los males. Pero la atmósfera de nadar a contracorriente sigue presente en un vestuario que el año pasado, cuando maravilló a Europa, fue un grupo inquebrantable. Gasperini quiere mantener viva la revolución del ‘calcio’ con la un equipo que transitaba en la mediocridad se convirtió en un habitual en competiciones europeas. Ninguna oportunidad de redención es mejor que en Polonia ante el vigente campeón de Europa.