Es fin de semana. No he sido consciente de ello hasta que esta mañana el buffet del desayuno del hotel, un sitio muy familiar, se ha llenado de niños y familias alemanas. Aquí andamos metidos en un bucle espacio-temporal que se ordena a partir de la cuenta atrás de cada partido. Convivimos en la base de Donaueschingen, alejados del mundo en la Selva Negra, mientras observamos de reojo los partidos de la Eurocopa calculando los rivales que se pueden cruzar con España y las ciudades que tendremos que visitar.
“Día de muñecos”
Ayer fue lo que llamamos aquí “un día de muñecos”. Así llamamos a la jornada de atención a los medios por parte de los jugadores. Días en los que conversamos un cuarto de hora, tirando por lo alto, con algún futbolista de la selección. Cada periodista, en función al interés de su medio, pide un jugador y el área de comunicación de la Federación trata de cuadrar las peticiones.
El dilema siempre es elegir entre jugadores que tienen más trascendencia mediática (y normalmente menos discurso), o futbolistas con historias poco conocidas que pueden regalarte una conversación alejada del futbolerismo polarizado por el Real Madrid y el Barça. Afrontamos el tercer partido y a esta ventanilla se han asomado Pablo Amo, segundo entrenador de la selección, Joselu y Mikel Merino. Tres perfiles que pareciendo distintos, tienen un denominador común: son nómadas del fútbol con un bagaje vital que trasciende al balón. Emigrantes que buscaron una oportunidad laboral y acabaron disfrutando de experiencias vitales que les enseñaron a superar obstáculos y dibujar un camino que pasa por esta Eurocopa. Personas que priorizan el camino a la meta.
Pablo hizo la maleta y pasó por la India y Australia persiguiendo un balón, Joselu nació en Alemania, donde su madre ha trabajado durante 22 años, y a Mikel sus padres, deportistas profesionales, le animaron a irse a Dortmund con 18 años y de allí a otro sitio gris como Newcastle. Hoy disfruta de San Sebastián, una etapa que podría llegar a su fin y tras la cual le esperan otros desafíos apasionantes, deportivos y vitales. Una actitud audaz que define a esta selección de Luis de la Fuente.
“Nos vemos en el camino”
“Parte del éxito de esta generación –explica Mikel Merino– es que somos gente que hemos salido de nuestra zona de confort. Hemos salido de casa y experimentado situaciones positivas y negativas lejos y solos. Y ahora formamos un equipo completo y más maduro”. Son nómadas del fútbol. Y ser nómada implica cambiar. Adaptarte. Aprender. Escuchar. Tolerar. La única regla del viajero es que nunca vuelves como te fuiste. Siempre vuelves siendo alguien diferente.
Los nómadas nunca dicen adiós. Siempre dicen “nos vemos en el camino” porque el viaje nunca acaba y se volverán a encontrar. Hoy emprendía otro camino Fidel, un buen hombre que trabajó duro para sacar adelante a los suyos. Me hubiera gustado poder estar en Lugo con los suyos para darle un abrazo a la familia y a mi compadre Marcos. Fidel supo disfrutar de la vida y no tengo dudas de que antes de marcharse también le dijo a los suyos “nos vemos en el camino”. Porque todos vamos a emprender ese camino. Más tarde o más temprano.