El verano es sinónimo de buen tiempo y también de vacaciones. Sion embargo, para la mayoría que quedan pocos días de descanso.. A la vuelta, siempre habrá quien desearía haber reservado unos días para disfrutar más adelante.
Es la pregunta que se repite todos los años. ¿Qué es más aconsejable, vacaciones partidas, o todas seguidas?
Jorge Lareo Otero, psicólogo en el Instituto Psicológico Claritas, responde a esta y otras preguntas para desconectar durante los días de descanso alejados de la ajetreada rutina.
Vacaciones partidas o seguidas. ¿Cuál es la mejor opción?
No considero que exista una respuesta totalmente acertada. La respuesta, como en muchos aspectos en psicología, es que depende de distintas variables. Depende del tipo de trabajo que esté desempeñando la persona, del estado emocional que presente al llegar a las vacaciones así como de las necesidades que quiera cubrir con los planes vacacionales.
Podemos decir en un plano estadístico que es más probable disfrutar de las vacaciones si se cogen juntas, pero depende de la persona.
¿Se puede desconectar desde el primer día de vacaciones?
Es muy difícil que en el primer día de vacaciones lleguemos a un nivel óptimo de descanso después de todo el esfuerzo físico y psicológico que hemos estado realizando en el trabajo durante el año.
En el primer día de vacaciones es muy habitual que aparezcan síntomas físicos como tensión y cansancio muscular, síntomas cognitivos como pensamientos intrusivos asociados al trabajo y síntomas emocionales propios de la ansiedad.
Esto es habitual porque en un día no nos suele dar tiempo para desvincular nuestro cuerpo y nuestra mente del trabajo. Son muchos días del año trabajando y un sólo día de vacaciones.
No es imposible, pero es muy difícil conseguir descansar plenamente desde el primer día de vacaciones.
¿Se puede estar más estresado de vacaciones que trabajando?
Sí, es posible. Existen distintos factores que pueden influir para convertir las vacaciones en unas semanas estresantes para la persona:
- Malas relaciones familiares. Si la persona está viviendo conflictos en sus relaciones familiares, pasar las vacaciones con su familia supone exponerse con más frecuencia a estos conflictos, los cuales pueden causar ansiedad.
- Dificultad para dejar las responsabilidades laborales. Si la persona tiene una relación obsesiva con su trabajo o se encuentra en un momento de importantes cambios laborales irse de vacaciones puede generar estrés o ansiedad debido a dejar el trabajo de lado durante las vacaciones.
- Preocupación sobre la estabilidad laboral. Si corre peligro la estabilidad laboral es muy probable que durante las vacaciones se manifiesten pensamientos ansiógenos sobre la preocupación por el futuro laboral a la vuelta, los cuales pueden causar estrés o ansiedad.
- Problemas económicos. Si la persona está atravesando dificultades económicas irse de vacaciones puede generar altos niveles de estrés o ansiedad al estar haciendo cuentas en todo momento para cuadrar los gastos que se puede permitir.
Consejos para desconectar en vacaciones
Existen pautas que nos pueden ayudar a desconectar del trabajo durante las vacaciones, como por ejemplo:
- Dejar las tareas del trabajo bien organizadas antes de las vacaciones para favorecer la desconexión y facilitar la vuelta tras las vacaciones.
- Desvincular el correo electrónico o el WhatsApp del trabajo de nuestros dispositivos electrónicos para evitar ver mensajes laborales.
- Escoger un destino de vacaciones que se ajuste a nuestras necesidades psicológicas actuales: playa, montaña, ciudad, descanso, ambiente, etc.
- Mantener unos ritmos adecuados de alimentación y sueño para favorecer el descanso.
- Mantener buena comunicación con nuestros compañeros de vacaciones para organizar rutinas y planes dentro y fuera de casa que se adapten a mis necesidades y a las necesidades del grupo.
- Sacar huecos durante el día para estar con uno/a mismo/a realizando una actividad relajante que disfrutemos (leer, escuchar música, escribir, dar un paseo, etc.).
- Poner ciertos límites en la comunicación con las personas de nuestro entorno que no están con nosotros en las vacaciones (familia, amigos, etc.). Está bien mantener el contacto y más si existe alguna urgencia de la que tengamos que estar pendientes, pero si hablamos con ellos con una frecuencia excesiva va a repercutir en nuestro descanso.
¿Cómo nos afecta el cambio de horario durante el periodo vacacional?
La higiene del sueño es fundamental para la salud mental y los cambios radicales en nuestros ritmos circadianos pueden generar síntomas ansioso-depresivos.
¿Cómo hacer frente a la vuelta a la rutina?
El modo en el que nos organizamos para volver a la rutina es muy importante dado que va a influir directamente en nuestro bienestar emocional y en nuestro rendimiento laboral.
Pautas que nos pueden ayudar a adaptarnos adecuadamente a la vuelta de vacaciones:
- Organización. Tener bien organizado nuestro espacio y nuestras herramientas de trabajo (despacho, correo electrónico, materiales, etc.). Viene bien revisar un poco nuestra agenda de tareas algún día antes de reincorporarnos para no encontrarnos con todo de golpe el primer día de trabajo.
- Comunicación en el entorno laboral. Hablar con el jefe y con los compañeros de trabajo para expresar cómo nos encontramos y lo que necesitamos para adaptarnos lo mejor posible a la vuelta de la rutina, reduciendo los niveles de ansiedad y facilitando el mejor rendimiento posible.
- Descansos en el trabajo. Permitirnos descansos dentro de lo que nos permita la jornada laboral. Recién llegados de vacaciones no vamos a ser capaces de mantener el mismo ritmo de trabajo, es importante identificar los descansos que necesitamos y permitírnoslos en la medida de lo posible. Esto también favorecerá un rendimiento más efectivo.
- Soltar auto-exigencia. Identificar cuándo estamos siendo demasiado exigentes con nosotros mismos y tratarnos con comprensión. Es normal que a la vuelta del trabajo no rindamos a un nivel óptimo de efectividad, venimos de vacaciones. Es importante comprendernos y no exigirnos más de lo que podemos dar en este momento.
- Estilo de vida saludable. Cuidar la alimentación, las actividades deportivas/hobbies y nuestros horarios de sueño es fundamental para prevenir síntomas ansioso-depresivos asociados a la vuelta de vacaciones.
- Apoyarnos en nuestros seres queridos. Disfrutar de tiempo de calidad con las personas que queremos y expresarles cómo nos está afectando la vuelta de las vacaciones nos ayuda a cuidarnos y reducir el impacto de la vuelta a la rutina.
¿Cuándo hay que ponerse en manos de un profesional?
Cuando la persona lleva más de dos semanas presentando síntomas ansioso-depresivos que le están generando un malestar significativo en el área laboral, social y/o personal es necesario que acuda a un profesional de la salud mental (psicólogo y/o psiquiatra) para que le ayude a afrontar dichos síntomas.