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Harry Potter, el fenómeno que sobrevivió: el éxito inmortal de J. K. Rowling

26 de junio de 1997. Echando un vistazo rápido a la prensa de ese día, es difícil identificar acontecimientos de una relevancia suficiente como para pasar a la historia. Los medios nacionales llevaban en portada la muerte de Jacques Cousteau, que había ocurrido en la víspera, y un debate que, 26 años después, sigue latente: la petición de trasladar la Dama de Elche a Alicante. Un jueves sin grandes revoluciones. Sin volcanes, guerras ni crisis de gobierno. Sin aperturas a toda página. En medio de esa tranquilidad, Londres despertó acostumbrándose a un incipiente verano que resultó ser el inicio de una era. El nacimiento de uno de los fenómenos más importantes de la cultura pop.

Ese día amaneció en las librerías Harry Potter y la piedra filosofal, el trabajo más arriesgado de una J. K. Rowling que ni por asomo imaginaba lo que estaba por llegar. Sin trabajo, con un diagnóstico de depresión y en trámites de separación, lanzó una moneda al aire y cayó de cara. Porque, lejos de ser un ‘boom’, la sacudida se cronificó. Y, tras siete libros, ocho películas e innumerables productos relacionados, el fenómeno no solo no decae, sino que parece no tener techo. Este 2023 se cumplió un cuarto de siglo de su llegada a España, en diciembre de 1998, pero los fans quieren más. El niño con la cicatriz en forma de rayo sigue triunfando.

El epicentro de la euforia no podía ser otro que la capital de Reino Unido. La segunda urbe más visitada de Europa en 2022 (16,1 millones de turistas extranjeros pisaron sus calles, según los últimos datos) se aferró, en parte, al joven mago para superar el lastre que supuso la crisis del coronavirus. “Después de la pandemia se han triplicado las tiendas con productos de Harry Potter en Londres. Solo este último año han aparecido como diez nuevas en el centro”. Así lo cuentan Sandra Ferrer e Irene Pérez, creadoras de Juliet’s Bridge, un proyecto que nació como una declaración de amor a Londres y con el que ahora ofrecen información y visitas guiadas a la ciudad del Támesis.

Participantes en los tours recrean escenas de la película. Juliet’s Bridge


De las que ofertan, una de las rutas que tiene más éxito es, precisamente, la que sigue los pasos del ‘niño que sobrevivió’. “Es nuestro servicio más demandado, el tour que mejor nos funciona. Interesa mucho y da mucho juego con la magia, la historia que cuenta y su relación con la cultura británica”, afirman, y aseguran que los grupos los forma un público heterogéneo: “Desde fanáticos milenials hasta gente mayor que descubrió a Harry en la edad adulta, incluso a través de sus hijos. Pero también nuevas generaciones porque, literalmente, vienen niños de 8 y 9 años”. Los escenarios londinenses de la saga más mágica son de lo más variopintos: la estación de King’s Cross, callejuelas escondidas en la City y la mismísima Piccadilly Circus. No es raro ver en esas esquinas fans con sombreros de bruja y gorros de hechicero que buscan sentirse parte de ese universo.

Clásico moderno

La afición es transversal. En parte, porque la saga tiene mucho de aspiracional. Ese sentimiento llega a los que crecieron con Harry, Ron y Hermione, a los que les pilló ya mayores y a los que ni siquiera habían nacido cuando la escritora británica puso el punto final de Las reliquias de la muerte en un hotel de Edimburgo. Para lograr ese efecto tan extraordinario, a favor del entremado fantástico diseñado por J. K. Rowling juegan, además de mucha fantasía, una serie de factores que, juntos, funcionan a la perfección. “Es una historia que conecta muy bien con la gente. Es una saga en la que a ti te gustaría meterte y vivir, y eso ha hecho que la gente se identifique con ese mundo mágico”. Son palabras del creador de contenido Álvaro Wasabi. En sus redes se mezclan análisis de películas de Marvel, vídeos en los que destripa los entresijos de Hollywood y mucho (mucho) Harry Potter.

En su opinión, pese a su juventud, tanto los libros como las películas pueden ser ya considerados clásicos. “Y los clásicos nunca mueren”, apunta. Aunque la historia original está en páginas de papel, él quiere poner también el acento en las películas: “Han sido la punta de lanza para que las novelas lleguen a más gente. Además, están muy bien hechas y están envejeciendo bien”. Es un punto de vista que comparte Laia Zamarrón, directora literaria de Salamandra Infantil y Juvenil, la editorial que tiene los derechos de la saga en España: “Han sido una ayuda”.

Una figura de Voldemort en la ceremonia de inauguración de los JJOO de Londres 2012. Archivo


Zamarrón no tiene reparos en reconocer su amor por esta historia. Y recuerda lo que ha supuesto (y sigue suponiendo) para su sello. “Muchísimas personas se han enganchado a la lectura gracias a Harry Potter. Es una cosa que ha conseguido Rowling y que es muy difícil de igualar: crear un mundo mágico donde quieres estar más que en tu mundo real. Parece una tontería, pero al final es la motivación principal”, subraya. Y, precisamente por eso, en 2023 las ventas siguen siendo espectaculares. “Acabamos de sacar el Minalima 3 -una edición en formato pop up con ilustraciones a color y detalles interactivos que se vale del texto de las novelas originales- y las ventas han sido extraordinarias. En la semana de su lanzamiento fue el libro más vendido de todo infantil-juvenil en España”, afirma.

Un lugar al que regresar

Aparte del propio Harry, todo en la historia gira en torno a Hogwarts. Dejando a un lado la magia que supuran sus paredes, ese castillo encantado de infinitas torres y pasillos sinuosos esconde algo más: muchos fans lo identifican como una segunda casa. “Para los que hemos vivido el fenómeno de las películas, incluso para los que llegaron posteriormente, es un lugar seguro. Toda la saga lo es. Si tienes un día en que no sabes qué ver, cuando no te sientes bien o quieres evadirte de la realidad, te pones Harry Potter. Eso tiene un valor incalculable, pocas historias logran ese efecto”, remarca Álvaro Wasabi.

Fans esperan a los protagonistas en el estreno de ‘Las reliquias de la muerte. Parte 2’. Archivo


“Como se suele decir, ‘I’d rather be at Hogwarts'”, añade Laia Zamarrón, que se empeña en destacar las convicciones que J. K. Rowling quiso imprimir en sus páginas: “Son valores de inclusividad. Sabes que, seas como seas, tienes una casa. Y vengas de donde vengas tienes un lugar. Es un ejercicio de comprensión a la tolerancia y de lo que uno puede hacer con la imaginación”, indica, y añade: “Es un universo absolutamente maravilloso y si has pertenecido a él, no lo quieres soltar”. Asimismo, Sandra Ferrer e Irene Pérez destacan lo fácil que es sentirse identificado con Harry: “Con su soledad, con su lucha interna para encontrar el bien dentro de él… La autora habla de una época que a todos nos supone un momento especial: el colegio, conocer amigos y afrontar el paso de la infancia a la edad adulta”.

Un catálogo inagotable

Videojuegos (Hogwarts Legacy es el fenómeno más reciente), historias relacionadas, una superproducción en el teatro, un tour por los decorados de las películas, un hueco importante en los parques temáticos de Warner e infinidad de artículos de merchandising. Desde las varitas de todos los personajes hasta bebidas que simulan pociones. Incluso el escritor David Foenkinos se inspiró en este universo para Número Dos (Alfaguara, 2022). Este mismo mes abrió en Barcelona una exposición que espera batir todos los récords de asistencia (algo que en su día pasó en Madrid). Las aristas parecen inagotables, pero el éxito de unas no debe empañar la tibieza de otras. Si se habla de fracasos hay uno que resalta por encima del resto: los largometrajes que nacieron bajo la marca Animales fantásticos.

Exterior del teatro londinense que acoge la obra ‘Harry Potter y el legado maldito’. EFE


Como experto en cine, Álvaro Wasabi tiene claros cuáles fueron los fallos. Fallos, en plural, porque son muchos. “Es una saga que no ha sabido definirse a sí misma. Faltó la base: unas novelas que adaptar que estaban muy bien trabajadas. Daba sensación de improvisación, tanto que la autora decidió que serían cinco películas de manera unilateral y así lo anunció en una rueda de prensa, para sorpresa del director… Por no hablar de los guiones, que no han estado a la altura. El de la primera entrega se elaboró en cuestión de meses”, apunta. Por el momento, el futuro de esta superproducción es un misterio: no está en los planes de sus responsables poner en marcha un nuevo largometraje. Aunque la historia suscitó más críticas que halagos, los seguidores echan en falta un desenlace para la trama.

En el otro brazo de la balanza está la que es una de las atracciones con mejor valoración en Tripadvisor en todo el mundo. Se trata del Warner Bros. Studio Tour London – The Making of Harry Potter, una gran exposición de más de 14.000 metros cuadrados que los más fanáticos tardan hasta cinco horas en recorrer. Es habitual ver lágrimas a la entrada del Gran Comedor, en el momento de visitar los exteriores del número 4 de Privet Drive o cuando los visitantes se topan de frente con el andén 9 y tres cuartos. “Es insólito. Que se haga una exposición permanente de los decorados es algo que nunca hemos visto en la historia del cine. Además, es que vas y está lleno, es imposible comprar entradas con poca antelación”, afirma Álvaro Wasabi.

El penúltimo baile

Pero nada es suficiente. No hay producto que acabe con la sed de los potterheads. Da igual el tamaño, la carga emocional, el coste de producción. Por eso, Warner se ha puesto un reto: hacer la serie más épica del niño mago. Por el momento, poco se sabe de ella, aparte de que, seguro, será una realidad. Y que J. K. Rowling está muy implicada en el proyecto. Los retos son inmensos: los responsables quieren que sea fiel a los libros, pero temen que los espectadores caigan en comparaciones con las películas originales. Buscan un nivel de perfección y detalle no visto hasta ahora.

Espero que sea una serie de animación. Sería algo nuevo, diferente. No es viable hacer tantas temporadas con niños, con la presión de lograr un producto a la altura de las películas. Es verdad que se ha cogido con cierto escepticismo por parte de algunos fans, que esperaban algo nuevo. Un spinoff de los Merodeadores, de los fundadores de Hogwarts, de Albus Dumbledore como estudiante, de cómo Voldermort creó los ‘horrocruxes’…”, subraya. Por el momento no hay fecha aproximada de estreno. Hasta entonces, todo serán especulaciones.

Y es que, al final, todo vuelve a los libros originales. Todo se reduce a esas 3.736 páginas que nacieron del corazón de una escritora atormentada que halló en la magia la forma de escapar de sus demonios. Esos libros originales se siguen vendiendo como churros. “Sigue siendo la estrella de nuestra colección. Es un lujo y un honor, nos da prestigio. Pero Harry Potter no es solo de Salamandra. Es de cada librería, de cada librero, de cada periodista. Somos tantos fans… que este amor que sentimos va más allá de eso”, concluye Laia Zamarrón.

Contando todas las ediciones publicadas, la saga Harry Potter ha vendido 500 millones de libros. La piedra filosofal es el quinto título más vendido de la historia y Las reliquias de la muerte batió todos los récords de precocidad: 11 millones de copias en 24 horas. Se ha traducido a cerca de 90 idiomas, entre ellos el asturiano, el feroés, el griego antiguo o el occitano.

Las ocho películas suman 19 horas y 36 minutos. La más larga es La cámara secreta (2 horas y 41 minutos) y la más taquillera, Las reliquias de la muerte. Parte 2. Está en el puesto 18 entre las que más dinero han recaudado en la historia.





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