Los valencianos Vega Gimeno y Quique Llopis han regresado a casa tras obtener un exitoso resultado en los Juegos Olímpicos de París. Gimeno ya es subcampeona olímpica de baloncesto 3×3 tras conseguir la medalla de plata con la que posó sonriente al aterrizar su avión en Manises. Por su parte, Llopis quedó cuarto en los 110m vallas, formando parte de la historia del deporte valenciano a sus 23 años con una carrera espectacular.
La flamante subcampeona olímpica aterrizó en Manises en la mañana de ayer tras una aventura inolvidable. Sonriente y con la brillante y pesada medalla de plata colgada del cuello, abrazó a sus orgullosos padres. La valenciana todavía no asimila lo que ha vivido: «Aún necesito unos días de estar en casa tranquila con mi familia, con mis padres, con mis sobrinos y asimilar todo esto».
Los últimos días han sido una locura para ella. «Una de las intenciones de ir a estos Juegos ya no era el hecho de llevarnos una medalla, que era casi impensable al principio, sino también dar esa visibilidad al 3×3» explicó a los medios de comunicación en el aeropuerto. «Esa repercusión mediática es la otra medalla que nos hemos llevado», defiendió.
La plata no solo es un premio a su desempeño en el torneo disputado en la Plaza de la Concordia. Ni siquiera a los tres años de ciclo olímpico. Es toda una carrera dedicada a la modalidad siempre que el 5×5 lo permitía: «Llevo en el 3×3 desde que no era ni disciplina olímpica. He ido evolucionando y creciendo junto a la disciplina y he conseguido llegar hasta aquí con lo difícil que era ya el simple hecho de ir a unos Juegos. Pero encima llevarnos una medalla es la guinda al pastel de todos estos años de lucha por el 3×3».
Gimeno no está molesta con haber despertado el interés de quienes no estaban al tanto del 3×3: «Lo entiendo, es parte de nuestro trabajo y de la repercusión y la visibilidad que tanto demandamos constantemente». De hecho, lo aplaude: «Ahora hay que agradecerlo, no creo que haya que quejarse ni que dé rabia sino al revés, agradecer esta repercusión mediática porque es el empujoncito que necesitamos».
Gran recibimiento
Aunque no subió al podio ni se colgó ninguna medalla, Quique Llopis protagonizó una de las actuaciones españolas más brillantes en los Juegos Olímpicos de París al finalizar cuarto, a tan sólo 11 centésimas del bronce en la final de los 110 mv donde fue el único europeo que logró colarse. El flamante diploma olímpico, vivió ayer una intensa jornada. A las 16:30 horas llegaba a la Estación Joaquín Sorolla de València y horas después, recibía un caluroso homenaje en su pueblo, Bellreguard, cuyo nombre ha llevado con orgullo nada menos que a unos Juegos Olímpicos.
El atleta de Bellreguard se mostró orgulloso de lo logrado «Ahora ya he asimilado todo, es verdad que estoy más contento. En caliente, después de la carrera y tras quedarme tan cerca de las medallas lo veía de otra forma pero ahora valoro mucho más esa cuarta plaza».
Llopis quedó por detrás de «auténticas bestias», como él mismo afirma: los estadounidenses Grant Holloway y Daniel Roberts y el jamaicano Rasheed Broadbell. «Antes de los Juegos hubiese firmado esa cuarta posición así que no puedo exigirme más», admitió.
Llopis, que tuvo problemas con las primeras vallas en la Final, afirmó que de no ser así, podía haber alcanzado el podio:«Sin duda. La salida fue bastante mala, tuve un par de toques a las vallas pero al final hay diez vallas y seguro que mis compañeros de prueba también tuvieron problemas. Si hubiese hecho la prueba perfecta, hubiese hecho mejor tiempo pero lo bonito de las vallas es eso».
Tras su excelente actuación en París, ya tiene claro cuál es su gran meta«Creo que Los Ángeles serán mis Juegos».