Ivan Balliu Campeny (1 de enero de 1992, Caldes de Malavella, Girona) jugará su primera Eurocopa. La jugará, como la mayoría, gracias a muchas circunstancias, empezando por su calidad futbolística, continuando por su rendimiento en el Rayo, siguiendo por la voluntad de Sylvinho, el seleccionador, y terminando (¿o es empezando?) por su tatarabuelo. El apellido Balliu tiene raíces albanesas. Y él, como todos sus compañeros, anda entre inquieto y entusiasmado ante el inminente debut frente a Italia en Dortmund (15 h.) este sábado.
Acude a su primer torneo internacional. Estará ilusionado.
Estoy muy contento y con ganas de ver el ambiente, tan diferente a lo que estamos acostumbrados en la Liga. Lo disfrutaré mucho. Cuando elegí jugar con Albania es porque ellos venían de jugar una Eurocopa, la primera, de 2016, y era un reto que deseaba que se repitiera. Y se ha repetido, aunque me llega más al final de mi carrera que al principio.
¿Y lo disfrutará más tras el sufrimiento vivido con el Rayo?
En Primera se sufre siempre, sobre todo en un equipo como el Rayo cuyo objetivo es salvarse. Es verdad que pasamos un par de años más tranquilos antes pero este nos tocó sufrir. Estoy ya focalizado en la Eurocopa.
Perdone que insista, pero Albania se presta a la comparación.
En Primera cuesta mucho ganar un partido, y en una Eurocopa me imagino que también. Es nuestra realidad.
“En Primera se sufre siempre, sobre todo en un equipo como el Rayo. Cuesta mucho ganar un partido, y en una Eurocopa me imagino que también”
La de Albania también.
Correcto, es el grupo más difícil. Vamos de tapados, vamos de humildes, y ya veremos qué pasa.
Tienen opciones. Pasan tres países.
Es muy difícil. España, en principio, ha de pasar como primera. Italia no ha estado los últimos años en la batalla, pero está jugando mejor. Y Croacia, si miras lo que hace, acaba siendo en semifinales de todos. Tenemos que ser realistas ante la dificultad que encierra.
¿Cual es el grado de confianza de los albaneses?
Allá donde hemos jugado, nuestra afición llena las gradas y eso nos ayudará mucho a rascar algo y ojala podamos pasar como segundos o terceros.
La fase de clasificación fue casi impecable.
Era un grupo muy parejo. El más potente era Polonia, y no estuvo nada bien, hasta el punto de que quedó tercero y tuvo que ir al playoff. Nosotros competimos muy bien, sacamos buenos puntos fuera y en casa nos hicimos fuertes.
¿Cómo definiría el estilo de Albania si es que lo tiene?
Es un estilo de ser fuertes defensivamente y salir a la contra. No somos un equipo que desea jugarlas todas desde atrás, sino más de estar con líneas muy juntas, muy compactos cerrando espacios, y buscar el contraataque.
Un patrón definido de juego simple, que minimice errores.
También hay que entender a los técnicos. Hay muy poco tiempo para trabajar con todo el grupo, apenas un par de días en las semanas reservadas para las selecciones entre partido y partido. Se trata de hacer las cosas fáciles.
¿La principal virtud de Albania es que sabe competir?
Sí, sí. Seremos un equipo muy pesado. Daremos guerra. Si algo no nos falta son piernas y lucha. Seremos un equipo equipo difícil de ganar.
Debe ser difícil crear una cohesión con todos los jugadores esparcidos por el mundo.
Eso les pasa a casi todas las selecciones, aunque si es cierto que algunas, como España, por ejemplo, que poseen un grupo más definido. El nuestro es más cambiante, especialmente ahora que está brotando talento joven. Pero sí, cuesta.
En España hay solo tres internacionales albaneses. Y solo ha sido convocado uno.
Keidi Bare, del Espanyol, Myrto Uzuni, del Granada, y yo. La mayoría militan en equipos italianos, en la Serie A.
Los 26 pertenecen a 23 equipos distintos.
Esto va así. Hay una persona en la federación, Alarico Rossi, que dedica su tiempo a buscar futbolistas con raíces albanesas…
Y asi le encontraron a usted.
Empezaron con mi apellido, Balliu. Somos unos 60 en España, casi todos familia próxima, y en Albania hay cuatro o cinco mil.
Unidos por un mismo origen. ¿Y como se dieron cuenta?
Sí, sí, pero lo desconocíamos. Cuando estaba en Francia, jugando en el Metz, recibía mensajes en Twitter y pensaba: ‘Ostras, se deben confundir’. Albaneses que me escribían en albanés. Y poco después me llamaron desde la federación, me reuní con el presidente y empezamos el proceso.
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“Cuando estaba en Francia, jugando en el Metz, recibía mensajes en Twitter de albaneses que me escribían en albanés. Y poco después me llamaron desde la federación, me reuní con el presidente y empezamos el proceso”
Y no es el único caso.
Qué va, hay muchos como yo. Viviendo y jugando en Albania hay muy pocos.
Con lo cual, llegan, se juntan y se salen a jugar. ¿Se puede crear algo de comunidad así?
Sí, claro. Todos luchamos por ganar. Al final, cada uno siente lo que siente, pero ganar partidos es lo que queremos y nos interesa.
Juegan por ilusión.
Exacto, jugamos con ilusión y por la ilusión que hay en el país, con la gente llenando los estadios, y por gratitud a la consideración que nos tienen los aficionados, que parecemos casi héroes a sus ojos.
“Cada uno siente lo que siente, pero ganar partidos es lo que queremos y nos interesa. Jugamos con ilusión y por la ilusión que hay en el país, y por gratitud a la consideración que nos tienen los aficionados”
¿Habrá afición en Alemania?
Se que tenemos aficionados por todas partes, y se ve que en Alemania hay muchos albaneses. Sé que llenaremos porque hace tiempo que se agotaron las entradas en Dortmund, Hamburgo y Düsseldorf. Fliparán con nuestra hinchada.
La ilusión también de la selección que no siempre participa.
En efecto. Lo viviremos como si fuera el último torneo de nuestra vida y se notará.
No sé si el concepto del patriotismo debe existir entre los jugadores. Tal vez sea igual de importante la ilusión o el orgullo personal.
Correcto. Es eso lo que nos mueve, la ilusión, el orgullo. Agradecimiento también. Jugamos para ganar partidos y corresponder al sentimiento de los aficionados. En cierto modo, viene a ser lo mismo cuando jugamos con nuestros clubs.
Cuando hablan entre ustedes, ¿sienten algún nexo común?
Ahora llevamos dos o tres años que el grupo empieza a ser consistente y tiene una base aunque van entrando y saliendo jugadores. Con Keidi vamos hablando a menudo.
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“España una de las favoritas para el título con el equipo que tiene. Los defensas sufriremos con gente como Nico Williams o Lamine Yamal”
Ahora tenido de seleccionadores a Panucci y Sylvinho, a quien le acompaña Zabaleta. ¿Los ven aún como exjugadores?
Sí, sí, sientes ese respeto. A mi me ayuda porque los dos, también Zabaleta, han sido laterales y eso me ha beneficiado mucho.
Hablemos de los rivales. ¿Qué valora más de España?
Es una de las favoritas para el título con el equipo que tiene. Los defensas sufriremos con gente como Nico Williams o Lamine Yamal.
¿Y de Italia?
Un perfil diferente. Italia siempre compite, y aunque no han estado bien en los últimos años, acudirán con el orgullo herido.
¿Cuál será la clave de la clasificación para Albania?
No perder el primer partido, rascar algo más en el segundo frente a Croacia y llegar al partido de España deseando que ya tengan el trabajo hecho y les pillemos dormidos.
¿La clave? No perder el primer partido, rascar algo más en el segundo frente a Croacia y llegar al partido de España deseando que ya tengan el trabajo hecho y les pillemos dormidos”
Con tres o cuatro puntos igual pasan como terceros.
¡Pero habrá que sumarlos esos tres o cuatro puntos! No será fácil.
¿Qué ha cambiado Sylvinho en la selección?
Antes jugábamos con una defensa de cinco, y con pasamos a una de cuatro. Ha dado confianza, ha convocado a jóvenes que juegan buenos equipos y los resultados nos han reforzado, ahora nos lo creemos.
Usted lo tendrá fácil para entenderse con Sylvinho y Zabaleta.
El idioma ayuda claro, pero los dos seleccionadores que tuve antes eran italianos y los entendía perfectamente.