Croacia afronta la Eurocopa de Alemania como una de las últimas oportunidades de su generación dorada para proclamarse campeones de un gran torneo, después de rozar el título mundial en 2018 y la Nations League el año pasado. Un equipo que llega al país teutón con caras renovadas que aumentan notablemente los recursos de una selección en la que los veteranos se siguen resistiendo a salir. Así, conviven futbolistas de diferentes hornadas, desde la de Luka Modric (38) a la del que ha sido señalado como su sucesor natural, Martin Baturina (18).
Al grupo de veteranos (Modric, Brozovic, Vida o Perisic) se suman jugadores en su esplendor como Mateo Kovacic (Manchester City), Mario Pasalic (Atlanta), Josko Gvardiol (Manchester City), Ante Budimir (Osasuna) o Josip Stanisic (Bayer Leverkusen). Y encima abajo emergen jóvenes talentos como Baturina o Vlasic, lo que ofrece al seleccionador Zlatko Dalic una cantidad de recursos mucho mayor de los que había dispuesto hasta ahora.
El Modric menos castigado en años
Pero además hay otra buena noticia para el seleccionador, Modric llega más fresco que nunca. El madridista tiene menos minutos que nunca en las piernas, fruto de su nuevo rol en el Real Madrid, donde Ancelotti ha apostado por darle más minutos de calidad y reducir su volumen de juego. Eso hace que llegue a Alemania en mejor condición física que nunca. Luka, cuya dimensión en Croacia es equiparable a la de Rafa Nadal en España, ha participado en 46 partidos esta temporada con el Real Madrid, siendo suplente en 14 de los 32 de Liga en los que apareció y en cinco de los ocho de Champions en los que pisó el césped. 46 partidos en los que sumó 2239 minutos, casi la mitad de los que jugó la temporada anterior. Modric no ha sufrido lesiones y afirma estar “en mejor forma que nunca”, lo que ha disparado las expectativas entre sus compatriotas.
Preguntado por la Eurocopa, el hexacampeón de la Champions no se pone límites: “Las expectativas son altas y con razón. Tenemos un muy buen equipo y un gran ambiente. Todos estamos llenos de ganas e ilusión de jugar una auténtica Eurocopa. Somos conscientes de las expectativas y espero que estemos bien”. El mediocentro disputará su quinta Eurocopa, el noveno torneo grande, cerrando además el círculo porque todo comenzó hace 18 años en Alemania, en el Mundial de 2006. Después de 175 partidos y siete años como capitán, Modric y sus compañeros, que en las dos últimos Eurocopas, 2016 y 20221, cayeron en octavos ante Portugal y España, aspiran a mejorar la mejor actuación croata en un Campeonato de Europa. En 2008 los ‘ajedrezados’ fueron eliminados en cuartos por Turquía, participación que no han podido mejorar.
Ahora, después de disputar la final del Mundial de Rusia, ser terceros en Qatar 2022 y finalistas en la Liga de Naciones en 2023 ante España, Croacia concurre en Alemania como un animal herido que busca revancha ante los de Luis de la Fuente. Además, Modric liderará a los suyos en un territorio amable para ellos porque jugarán como en casa gracias al apoyo de los 450.000 croatas que viven en suelo alemán. Más de un diez por ciento de la población que tiene Croacia, que roza los cuatro millones de habitantes. Esa enorme expectación se reflejó en el entrenamiento que su selección celebró el pasado lunes en el Volkparkstadion de Neuruppin. Más de 4.000 aficionados balcánicos agotaron las localidades disponibles y tomaron el estadio para ver las evoluciones de un Modric que llega fino y, sobre todo, “descansado. Al final tendré que agradecer a Ancelotti que me haya reservado para la Eurocopa”, comentaba entre risas preguntado por la prensa de su país.
Bendecido por el Papa
Pese a sus 38 años, la idea de Modric es, una vez renueve con el Real Madrid, seguir jugando para llegar hasta el Mundial de 2026 y retirarse, entonces sí, con 40 años. El central Vida, otro de los veteranos de los plavi, no lo ve colgando las botas tras el torneo de Alemania: “Espero que Luka juegue otros 100 años y que por supuesto siga con nosotros en Croacia”. Y su amigo Ivan Rakitic sostiene que “el fútbol le debe esta Eurocopa a Modric”. Afirmación que pocos discuten. Hasta el Papa Francisco, que recibió el 5 de junio a los croatas, le dio su bendición a Luka y ensalzó su forma de jugar: “Gracias por dar ejemplo de cómo hacer equipo. Esto de hacer equipo es un aspecto del deporte que me gusta subrayar, porque es una metáfora de la vida social, en los diversos ambientes en los que se vive y se trabaja junto a los demás”.
Croacia volverá a ser una selección competitiva hasta la extenuación que adaptará su juego a las necesidades del partido y alargará los encuentro hasta hacer agonizar a sus rivales. Un equipo, como apuntaba a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Pablo Amo, segundo de De la Fuente, “con automatismos de equipo de club en lugar de selección”. La diferencia esta vez es que Modric llega con el depósito lleno de gasolina y muchos más recursos a su alrededor de los que ha disfrutado en ocasiones anteriores. España está avisada.