Carmen Posadas (Montevideo, 1953) es una afamada escritora que cuenta con trece novelas publicadas, quince libros infantiles, guiones de cine y televisión y que ganó el Premio Planeta en 1998. Recientemente ha participado en el Tanit Ibiza Congress and Awards en el Centro Cultural de Jesús donde ofreció una amena e interesante conferencia sobre el papel de la mujer en la hostelería y el espionaje a lo largo de la historia. Además, fue galardonadacon el premio Tanit Ibiza Spirit.
La autora de éxitos literarios como ‘La cinta roja’, ‘Invitación a un asesinato’, ‘El testigo invisible’ o ‘La maestra de títeres’, entre otras, habla de su última novela, ‘Licencia para espiar’, el momento que vive la literatura en España, el feminismo, la inversión cultural, el papel de internert en la literatura, el reto de la inteligencia artificial, las fake news, la situación política y el estreno en Netflix de la película sobre su novela ‘Invitación a un asesinato’.¿Cómo vivió la experiencia del Tanit Ibiza Congress and Awards?
Me ha gustado mucho la experiencia, que pone en valor el trabajo de las mujeres en el campo de la hostelería y larestauración, que junto con la escritura son gremios en los que han tenido una presencia destacada. En la Biblia ya había mujeres mesoneras, taberneras y demás, lo mismo pasa en ‘El Quijote’. A lo largo de la historia han tenido esa presencia y existe un paralelismo entre ambas profesiones. Es una gran idea de Alicia Reina y Eva Ballarin.
¿Puede definir su última novela ‘Licencia para espiar’?
Quería hacer un recorrido pr el mundo del espionaje, que es la historia de la humanidad, de hombres y mujeres, pero hubiese sido demasiado largo, así que lo centré en la figura de la mujer para destacar su papel. En Berlín hay un museo del espionaje y en su parte frontal figura una inscripción que dice: «Esta es la profesión más antigua del mundo», incluso más de las que tenemos habitualmente como referencia. El hombre siempre ha necesitado información porque es poder. Desde la caverna hasta ahora ha necesitado conocer qué hacen sus enemigos y sus amigos, que algunas veces son más peligrosos. Algunas de las espías que operaron en la Segunda Guerra Mundial fueron tan discretas que su labor no ha llegado a conocerse, a pesar de que sirvieron a su país con más eficacia que diez mil hombres.
En su novela habla de las mujeres que han influido en los avatares del mundo y que han tenido un papel preponderante en las intrigas del poder. ¿Estas mujeres existen hoy en día?
Por supuesto. Cambian con los tiempos, pero siempre las ha habido y las habrá, ademas, ahora que estamos viviendo dos guerras el mundo del espionaje está más presente que nunca, lamentablemente. Desde la más remota antigüedad y en casi todas las culturas las mujeres han tenido un papel predominante. Las mujeres de las que hablo en mi libro son conocidas por otras razones: desde la bíblica Rahab que colaboró para conquistar la Tierra Prometida a Mata Hari en la Primera Guerra Mundial. Una gran reina como Catalina de Médici fue una gran espía con su escuadrón volante, lo mismo que María Estuardo, que tuvo menos suerte. Era más tonta y le cortaron la cabeza precisamente por un fallo de inteligencia e información. También Hilda Krüger, la Malinche, Josephine Baker y otras muchas. Todas ellas fueron conocidas por otras razones, sin embargo, eran espías consumadas, como las envenenadoras de la India o la juglaresa gallega Balteira. Hay innumerables ejemplos. Conseguí hablar con un espía en activo y, pese a que no hablan, logré que me contara cómo son sus operaciones, cuál es el precio que tiene que pagar una mujer y qué compromisos y peligros conlleva.
¿Se considera escritora, novelista o narradora?
Me definiría como escritora ya que además de trece novelas y quince cuentos infantiles también he hecho ensayos, guiones de cine y obras de teatro. Menos poesía y ciencia ficción, que no me gusta nada, he escrito de todo.
¿El feminismo actual es una nueva revolución de la mujer o ha existido siempre?
El feminismo es algo reciente, existe desde hace unos cien años. No me gusta mucho el feminismo furibundo que hay ahora, el que considera que todos los hombres son violadores y que hay que reivindicar el papel de la mujer a través de cosas tan estúpidas como cambiar el nombre de los meses, algo que no ayuda a las mujeres, más bien al contrario, porque el argumento es tan imbécil que juega en su contra. Sin embargo, estas tonterías sirven para que las administraciones gasten dinero público y hagan propaganda en vez de preocuparse por las cosas que realmente marcan una diferencia para las mujeres, como el techo de cristal, la conciliación o la igualdad de salario. Estos temas son los importantes, lo demás son bobadas. Las mujeres tenemos que curarnos de una enfermedad que es la culpa y que condiciona nuestras vidas.
Tiene por costumbre escribir cada día. ¿Es perseverante y metódica?
Soy la persona más haragana del planeta Tierra. Si fuera por mí, estaría todo el día tumbada bajo un árbol con un vino, pero como odio este defecto horripilante sobreactúo y tengo que hacer cosas que no hacen personas que no son tan vagas como yo. Siempre digo que me debo mucho más a mis defectos que a mis virtudes, si no los tuviera no habría hecho la mitad de lo que he realizado.
¿Cuál es su método de trabajo?
Me siento cada mañana a las ocho y cuarto ante el ordenador, de espaldas a la ventana para no distraerme con nada, me pongo una pistola en la sien y me prohíbo levantarme hasta la hora de comer. Soy la peor negrera de mí misma. Por la tarde mi rutina es leer y acompañar a mis nietos a una visita o al cine.
¿Cómo se enfrenta a una pantalla o al folio en blanco?
A escribir se empieza escribiendo, ese es el truco. Puede parecer una perogrullada, pero tiene su razón de ser. Mucha gente se traba porque piensa que lo que está escribiendo es una porquería o que no vale la pena, y ni siquiera empieza. Por ello es importante, aunque no te guste lo que estás escribiendo, seguir adelante. La idea argumental ya está en tu cabeza y tienes que conectar con ella hasta que llega un momento en que se produce un clic mágico. Entonces todo cobra vida y comienzas a crear.
Usted apunta que para escribir no hace falta ser un erudito en literatura sino leer mucho. ¿Cómo lo argumenta?
No hace falta ser demasiado inteligente ni extraordinariamente culto para escribir, hay muchos libros que triunfan y dan pavor. Ocurre muchas veces que los escritores muy eruditos tratan de demostrar lo mucho que saben y te tumban con datos, batallas y tonterías que no te interesan nada, pero ese escritor quiere demostrar lo listo y culto que es. Hay que tener otras cualidades, como ser una persona muy curiosa, hacerse preguntas todo el tiempo, ser un gran lector y ser muy perseverante ya que escribir no equivale a hacer los cien metros lisos sino a la maratón.
¿La inversión cultural que usted menciona a menudo es un hito de las redes sociales?
Antes la cultura del saber iba de arriba hacia abajo, Bertrand Russell o Jean-Paul Sartre decían algo y, tarde o temprano, eso permeaba hacia personas menos cultivadas que ellos. Pero ahora es al revés. Con las redes sociales se valora todo por el número de likes y resulta que tiene más predicamento, lamentablemente, lo que dice un influencer que lo que cuenta un Premio Nobel. Parece de locos pero es la realidad.
¿El papel de internet en la literatura ha sido el esperado?
Por un lado nos ha solucionado mucho la vida a la hora de documentarnos, antes era un trabajo terrible. En la actualidad puedo entrar en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y leer todo, está al alcance de un clic y es infinito. Hay que tener cuidado para no hacerte eco de un bulo, fake news o una noticia errónea. En este sentido, simplifica mucho el trabajo para los escritores y también para los noveles porque antes era muy difícil salir del bucle de «no me publican porque no me conocen».
Ahora hay noveles que han publicado una novela en internet con enorme éxito, luego les han buscado las editoriales y tienen muchos lectores.El libro resiste con fuerza pese a la intención de aniquilar el papel. ¿Cómo se explica este fenómeno?
El libro es un elemento perfecto que no ha sido superado. Está probado que los niños que estudian en una tableta no asimilan igual que los que estudian en papel. Hubo un boom al principio con el libro electrónico, pensábamos que el libro se extinguiría, ya que una tableta pesa 40 gramos y ocupa poco mientras que un libro es pesado, hay que transportarlo y a veces no tienes espacio para almacenarlo. La tableta tuvo un pico de moda, pero ahora se venden más libros. Los más vendidos en internet son novelas policíacas y románticas.
¿La literatura en España pasa por un buen momento?
Es un momento interesante más por cantidad que por calidad. Se venden más libros y hay más autores que nunca. Los editores actuales son menos exigentes que en otras épocas.
¿La inteligencia artificial cambiará la literatura, la forma de escribir y de leer?
Estamos ante una revolución y todas las revoluciones son sangrientas. Los creadores estamos preocupados por su aplicación, los guionistas de Hollywood están en huelga porque con su uso se puede prescindir de ellos y pasa lo mismo con los dibujantes, la música y otras artes. Me han comentado que van a hacer un festival de música, tipo Eurovisión, de música hecha con chatGPT. No sé si se puede extrapolar a los libros, el reto es ponerle un límite porque se va a llevar por delante muchas profesiones.
¿Las fake news forman parte de la contracultura digital?
Sí, están aquí para quedarse. La gran paradoja de la vida moderna es que nunca ha habido tantas personas cultas y con estudios en la historia de la humanidad, en todos los países. Y a pesar de que hay más cultura que en otras épocas, la sobredosis de información hace que se genere una gran desinformación. Es curioso que la gente esté dispuesta a creer lo más inverosímil. ¡Crece año a año el número de terraplanistas, de gente que piensa que la tierra es plana!
¿Los premios literarios son imprescindibles, hoy en día, para tener fama y prestigio?
Internet es una herramienta o un arma que se puede utilizar para el bien o para el mal, los premios son importantes porque te dan visibilidad ante tanta oferta. Te hacen destacar y facilitan la fama.
¿Ya trabaja en un nuevo proyecto literario?
Nací en viernes 13, no soy supersticiosa, pero sólo tengo una: no hablar de un libro que aún no existe. Pero saldrá a la venta el año que viene por estas fechas.
¿El momento político que vive España es sostenible?
El pueblo español es el más fuerte del mundo: lleva años intentando autodestruirse y no lo consigue. Nadie logrará acabar con este gran país ya que tiene mucha historia detrás, pero desde luego estamos viendo auténticos horrores.
¿Le queda algo por soñar?
Estoy interesada en el cine. Acaban de estrenar una película en Netflix basada en mi libro ‘Invitación a un asesinato’ y tengo otros cuatro libros que se convertirán en películas. Esto es divertido y supone una faceta más. No intervengo. Me consultan, pero como no me van a hacer caso y harán lo que quieran, me ahorro el berrinche.