La transformación de Luka Modric esta temporada es un ejercicio de profesionalismo más en la cuenta del croata. Es muy difícil ser un secundario con un currículum repleto de méritos. Ante esta situación caben varias alternativas: desentenderse, exigir más minutos o aprovechar las oportunidades. La tercera vía es por la que ha optado una pieza esencial del Real Madrid moderno que podría vivir este domingo su último ‘clásico’.
“Modric nunca va a aceptar el rol de revulsivo. Él no para de trabajar, va siempre al máximo. Sigue mostrando la misma calidad que hace diez años, con las mismas ganas y la misma ilusión. Nunca va a aceptar ser revulsivo”, dijo Ancelotti en la previa contra el Barcelona. Un partido que ha jugado tantas veces, pero que este año cobra un sentido especial por la incerteza contractual que rodea a Modric, porque su compromiso está fuera de toda duda.
El ’10’ de Modric es para Mbappé
Al croata le gusta todo lo que sucede en el terreno de juego. Le espanta lo que hay a su alrededor, un fútbol moderno que no alcanza a comprender y que le brinda oportunidades tan jugosas en lo económico como rechazables en lo demás. Arabia Saudí o la MLS aparecen en el horizonte como destinos fuera del alto nivel, la única latitud que conoce y que acepta.
La posibilidad de seguir en el Real Madrid se plantea solo como miembro del cuerpo técnico toda vez que el Real Madrid ha decidido entregar su dorsal ’10’ a Mbappé, tal y como adelantó El Periódico de España, del mismo grupo editorial que este diario. Son tantos los escenarios que se plantean que incluso la Euro 2024 de este verano en Alemania puede ser el último baile antes de la retirada. Esto supondría la pérdida de un activo futbolístico que sigue entiendo como el fútbol como nadie.
Con el mediocampista hay que vivir ahora en condicional. Sus asistencias han tenido ese formato siempre. Llaves para abrir posibilidades, como son las de un año más en el Real Madrid con el que termina contrato este verano. El ganador de cinco Champions -y aspirante a hacerlo una sexta vez- ha pasado de la negación a la asunción de un rol en el que desatasca partidos, promueve el talento juvenil y hace de analista en las tandas de penaltis.
Un penalti fallado y pausa en el juego
Frente al Manchester City, Modric pasó otro examen de los complicados que le está poniendo la vida madura. Ya nunca juega al lado de su amigo y compañero eterno Toni Kroos. El alemán ha roto el binomio con un rendimiento espectacular que le ha reforzado como metrónomo del Real Madrid. Lleva 2.700 minutos jugados en lo que va de año por los 1.770 de Modric. Ambos han tenido que aprender a subsistir sin el otro. En el Etihad protagonizaron el primer cambio que Ancelotti ejecutó en el 79 con el equipo al borde del colapso.
Modric entró después del gol de Kevin de Bruyne -quien le pidió la camiseta en la ida-, cuando parecía que iba a desmoronarse la resistencia blanca. Solo alguien con la fortaleza mental y el talento del Modric consiguió en un contexto tan crítico que el Real Madrid ganase aire. Dio pausa al juego y, como en la ida en el Bernabéu, construyó una vía de escape que le permitió al 14 veces campeón de Europa gozar de algún avance. En el 100 de partido filtró un magnífico pase que terminó con Vinicius literalmente arrollado por Walker.
La fortaleza mental de Modric es un ejemplo para el resto. Él fue el encargado de iniciar la tanda de penaltis ante el City. El primero que se puso en el disparadero en la elección espontánea de los lanzadores. Lo falló. Parecía un colofón horrible para el croata. Qué rápido cambian las historias. Más de uno tenía escrito ya el epitafio del centrocampista. “La cruel y última gran noche europea de Modric”. Otra vez la foto del ’10’ mirando abajo, como el año pasado en el Etihad, el partido que rompió definitivamente su sociedad con Kroos.
Si alguien sabe lo que es el Real Madrid ese es el ganador del Balón de Oro en 2018. No se paró un segundo a pensar en su error. No individualizó la pena, como harían la mayoría de jugadores. Agarró a Lunin y le hizo una radiografía de Kovacic, su compañero en la selección croata. El portero ucraniano, guiado por el capitán, adivinó el tiro de seguridad del jugador del Manchester City. Ese secreto cambió el sentido de la prórroga y, además de una semifinal, permitió a Luka quitarse de encima la mala sombra de Orsato.
¿Qué jugador puede aportar calidad y madurez en momentos clave? Al nivel de Modric, ninguno. Solo él podría ganarse la continuidad en el Real Madrid, un equipo que no ha tratado bien a sus leyendas, porque la institución está por encima de todo, como han experimentado Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos recientemente. Luka ha sabido sobreponerse a ser el último en la rotación, como le sucedió a principio de temporada. Públicamente, Carletto se justificaba: “No puedo hacer calentar a Modric para no jugar, es una leyenda”.
Sin embargo, lo que el centrocampista quiere siempre es jugar, entrenar y ser parte del club con el que lo ha ganado todo y del que es el mejor embajador. En Mallorca, su salida del campo con el encuentro casi terminado fue acompañada de una sincera ovación. Le sucede en todos los campos. Ha conseguido ser un futbolista querido en el equipo que más animadversión genera en un mundo futbolístico cada vez más hostil. “Es imposible que te caiga mal Modric”, es la frase que acompaña al ’10’ que dejará de serlo, para desgracia del fútbol.