Llegó Xavi Hernández al Parque de los Príncipes de París simulando una sonrisa. Caminaba bien recto, como si quisiera dejar claro ante los allí presentes que nada le iba a incomodar. Que nada le iba a doblar. Aguardó pacientemente a que alguien le preguntara por las palabras pronunciadas horas antes por Luis Enrique, técnico del PSG, en las que se otorgó la exclusividad del ADN Barça. Y Xavi no tuvo más que repetir como una letanía todo lo ensayado. No convenía revolcarse en el barro en la antesala del regreso del Barça a los cuartos de final de la Champions cuatro años después.
Los conceptos que empleó Xavi fueron siempre los mismos: “Luis Enrique es uno de los mejores entrenadores del mundo”; “los dos buscamos exactamente lo mismo”; “los dos tenemos ADN Barça”; y “tengo una muy buena relación con él”. “No me busquéis, porque no hay polémica. Si no, preguntadle otra vez a él”, trató de zanjar Xavi en una rueda de prensa en la que no hubo otro protagonista que el espectro del entrenador asturiano. Luis Enrique, sí, se había salido con la suya.
“Se ha querido proteger”
“Luis Enrique se ha querido proteger a nivel mediático, pero está claro que los dos buscamos lo mismo. Evidentemente él tiene ADN Barça, yo también (…). Hablé con él hace dos semanas. Y tengo la suerte de tener buena relación con él y con su staff. Sé cómo es Luis”, abundó el técnico azulgrana, que quiso incluir en el saco a los otros dos entrenadores en liza curtidos en el Barça y también en los cuartos de final de la Champions, como Pep Guardiola con el Manchester City y Mikel Arteta en el Arsenal.
Xavi, eso sí, quiso dejar claro que la temporada en la que él era capitán del Barça y Luis Enrique el entrenador (la del triplete de 2015), él también tuvo su protagonismo por mucho que el asturiano concediera a Rakitic la titularidad, también en la Champions ganada en Berlín. “Aquel fue un año difícil al principio. Luego se enderezó de una manera increíble. Tenía ilusión de que acabara bien, y al final acabó de cine con un triplete y levantando la Champions como capitán. Ayudé además muchísimo a Luis Enrique en una época complicada. Se refería quizá Xavi al momento en que tuvo que mediar para que Messi aceptara a su entrenador tras su duro enfrentamiento en enero de 2015. Pero aquella, claro, es otra historia.