La Audiencia Nacional ha accedido a la petición de Xavi Hernández de que se le suspenda cautelarmente el pago de una sanción millonaria impuesta por Hacienda por el “perjuicio de imposible reparación” que le causaría el tener que hacerlo dada su “solvencia actual”.
De esta forma, y según consta en un auto al que ha tenido acceso en primicia El Periódico de España, del mismo grupo editorial, el entrenador del FC Barcelona consiguió el pasado 27 de marzo que se congelase el abono de 2,8 millones de euros y los potenciales intereses siempre y cuando Xavi demostrase ese “perjuicio” que argumentó. De pagarse finalmente, esos 2,8 millones se habrían sumado a los más de 7,5 millones de euros que ya le tiene retenidos el fisco y por los que ambas partes pleitean en los tribunales.
En ese sentido, Xavi alega que “el inmediato pago de la deuda controvertida le causaría perjuicios de imposible reparación considerando su situación patrimonial y solvencia actual, el elevado importe de la sanción recurrida y, sobre todo, el hecho de haber tenido que desembolsar en el pasado deudas muy elevadas a Hacienda como consecuencia de las distintas regularizaciones tributarias a las que se ha visto sometido por el concepto de IRPF de los ejercicios 2000 a 2014, actualmente recurridas ante la propia Audiencia Nacional”.
Estos 2,8 millones de euros en concepto de sanción que le reclamaba ahora la Agencia Tributaria corresponden, por su parte, al IRPF de 2015, un ejercicio por el que Xavi logró que el Tribunal Económico Administrativo Central (TEAC) le diera la razón de forma parcial en la liquidación, aunque no así en el acuerdo sancionador.
Un pulso millonario
El técnico culé ha conseguido recientemente algunas victorias en los tribunales frente a Hacienda. Según informó EPE a mediados de diciembre del año pasado, Xavi ha decidido llevar algunos de esos litigios con el fisco hasta el Tribunal Supremo para intentar demostrar que la forma en que tributó sus derechos de imagen fue totalmente correcta, y no solo parcial.
Hacienda le acusaba de haber llevado a cabo una “simulación” en la forma en que el FC Barcelona le pagaba por lo que generaban sus derechos de imagen y que solo era una argucia para reducir su base imponible y minorar, de forma efectiva, los impuestos a pagar.
Sin embargo, como ya ha ocurrido en otras ocasiones —Dani Alves, por ejemplo, se ha librado desde la cárcel de pagar varios millones de euros por un tema similar—, la justicia está reconociendo en sus últimas decisiones errores de la inspección acerca de cómo debían tributarse los derechos de imagen, y, por lo tanto, anulando liquidaciones que considera que fueron incorrectas.
En este caso, en el de los 2,8 millones de euros, también estaba en cuestión la forma en que Xavi había cedido los derechos de imagen a una sociedad de su propiedad, siendo ese ejercicio el inmediatamente anterior a poner rumbo al fútbol catarí.