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Urtasun evoca la memoria antifascista de Jorge Semprún en su toma de posesión como ministro de Cultura


En un clima amistoso e incluso de broma en comparación con la tensión que se ha vivido en otros departamentos, el nuevo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha recibido este mediodía su cartera, ya desligada de las competencias de Deportes, de manos de su predecesor Miquel Iceta. Dos políticos catalanes, un exponente importante del ahora todopoderoso PSC y el nombre clave de los Comuns de Ada Colau en el nuevo gobierno, se suceden al frente de una institución que, como han recordado los dos en sus discursos, debe velar por la diversidad cultural del país plural que es España.

En sus primeras palabras al frente del Ministerio, Urtasun ha evocado “el derecho al acceso a la cultura como ineludible” y ha defendido la libertad de expresión como un elemento inherente a la democracia, subrayando su resistencia a “vetos” e intentos de censura como los que se han podido ver por parte de determinadas administraciones conservadoras en los últimos meses.

Urtasun había comenzado su intervención diciendo lo difícil que se lo había puesto el ministro saliente con una “intervención inteligente, culta, divertida… y yo voy a leer una cosa aburridísima”, ha bromeado ante las risas del público. Ha reconocido recibir la cartera “de manos de un amigo” y ha mencionado las cosas que tienen en común: una cultura compartida y una ciudad, Barcelona.

Después de recordar a todas las personas, trabajadoras del ministerio e instituciones ligadas a él, que desde que se conoció su nombramiento se lo están poniendo más fácil para asumir sus nuevas responsabilidades, ha reconocido haber sufrido el mismo vértigo que el día de su toma de posesión en 2021 confesó Iceta al repasar la lista de antecesores en el cargo, entre los que ha mencionado a Jorge Semprún, Jordi Solé Tura o Carmen Alborch.

En Semprún, del que en unos días se celebra el centenario de su nacimiento, ha hecho especial hincapié, un personaje del que ha dicho que “me fascina a nivel personal, porque es el escritor y el político de la memoria antifascista, preso en el campo de concentración de Buchenwald, que pude visitar de niño y que fue una de las cosas que más me impresionó”. Urtasun defendió la vigencia todavía hoy de los valores encarnados por Semprún, “en una Europa en la que fuerzas y gobiernos conservadores y ultraconservadores tratan de fijar sus relatos excluyentes”, negando la diversidad lingüística o afectivo-sexual y aplicando la censura.

Urtasun ha dicho que levantará “la bandera de la cultura frente a la censura y miedo”. “Este ministerio -ha subrayado- debe ser una expresión de lo que ya es España, una intersección de culturas y patrimonios diversos”.

La despedida de Iceta

Después de recibir una larga ovación de los trabajadores de su ministerio y de elogiar el esfuerzo de Yolanda Díaz para llegar a acuerdos y poder conformar un nuevo gobierno progresista, Iceta ha reconocido que algunos de los proyectos de su departamento están pendientes de completar. “Al ministro Urtasun le queda todavía tarea, pero hemos roto un tabú, que era la idea de que no se pueden hacer excepciones para un sector. Hay una excepción cultural, como ya nos enseñó Francia”, ha dicho. También ha hecho balance de alguno de los logros de su ministerio, como la protección de los derechos de autor o algunas leyes “que se encuentran en el horno. Ya hemos hablado con el ministro de algunas de ellas”.

“Este es un país muy rico -ha dicho Iceta-. Somos una potencia cultural de primer orden. Espero que en primer lugar esto nos lo creamos nosotros, y luego que seamos capaces de contagiar nuestro entusiasmo por la cultura, por el patrimonio, por la creación a todos nuestros conciudadanos y conciudadanas. Yo les invito a que nos exijan mayor cultura”. “Porque con más cultura -ha añadido-, mejor sociedad, más alegría, más vida, más inteligencia. Creo que nos lo merecemos”



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