En las últimas semanas, las redes sociales se han inundado de imágenes y vídeos de usuarios que se preguntan alarmados qué está ocurriendo en la Comunidad de Madrid con las polillas. Son de gran tamaño y han llegado con la subida de las temperaturas. Sin embargo, su aparición en los hogares madrileños tiene una explicación.
- Se trata de la polilla Autographa gamma, que puede medir de 3 a 4,5 centímetros. Es una especie migratoria que se encuentra en la península ibérica, Europa, norte de África y parte de Asia, y que en primavera emigra hacia el norte en busca de ambientes más fríos, como Islandia, Groenlandia y Finlandia.
Pero, aunque parezca que nos encontramos ante una plaga, no es así. Estos insectos suelen aparecer a finales de mayo, especialmente cuando la primavera ha estado marcada por las lluvias y un invierno cálido.
No producen picaduras ni transmiten enfermedades, por lo que no suponen un riesgo para la salud pública de manera directa, ni siquiera en el supuesto extremo de consumo accidental de las orugas
Desde el Departamento de Control de Vectores y Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid nos explican que “son inofensivas para el ser humano”.
¿Las polillas son portadoras de enfermedades?
Estos insectos, que pueden resultar bastante molestos, “no producen picaduras ni transmiten enfermedades, por lo que no suponen un riesgo para la salud pública de manera directa, ni siquiera en el supuesto extremo de consumo accidental de las orugas”.
Resulta obvio que “su presencia provoca daños en la comida (que deben ser destruidos) y resulta inaceptable para el productor y para el consumidor”, señalan los expertos.
Además, no estamos ante una plaga de polillas, pero “la prevención supone un esfuerzo importante para los operadores comerciales y los distribuidores de alimentos, pero también para los ciudadanos en general, en el ámbito de sus viviendas”.
¡Cuidado con los insecticidas!
En el mercado nos encontramos con una variedad de productos destinados a acabar con las temidas polillas, que son una gran amenaza para la ropa, ya que se alimentan de las fibras de telas y dejan pequeños agujeros.
- No obstante, “cualquier intento de control de esta plaga en locales de alimentación o cocinas mediante el uso inadecuado de biocidas (insecticidas), puede conducir a riesgos importantes de contaminación química de los alimentos y/o de las superficies en contacto”.
En el caso de viviendas, “las infestaciones pequeñas que se detectan rápidamente podrían ser objeto de vigilancia doméstica, pero dada la capacidad de estos insectos para reproducirse y extenderse, se recomienda la pronta petición de ayuda a profesionales especializados en el control de plagas”, resaltan los especialistas.
¿Cómo prevenir las polillas en casa?
Como en el caso de cualquier otro tipo de plaga, la prevención es fundamental:
- Evitar el acceso, en la medida de lo posible, de polillas desde el exterior. Es necesario asegurar el correcto ajuste de puertas, ventanas, la instalación en su caso de mosquiteras en las ventanas y otras medidas físicas de exclusión de plagas. En locales comerciales, es imprescindible el uso de trampas de luz ultravioleta UV y de feromonas para evitar la proliferación de plagas de polillas.
- En la despensa se debe prestar mucha atención a cualquier indicio de presencia de infestación: harina, arroz, cereales, frutos secos, comida para mascotas… Utilizar envases de vidrio de cierre estanco es una buena medida de prevención. Normalmente, se trata de alimentos que presentan una amplia ventana de tiempo de consumo y, por tanto, de almacenamiento. Crea asimismo la oportunidad de que la infestación se extienda, especialmente si las revisiones y las rotaciones de almacenamientos no son adecuadas
- Empleo de trampas de detección, que incorporan atrayentes, que suelen ser feromonas sexuales propias de las hembras, para detectar precozmente su presencia.
- Trampas de luz ultravioleta, que son obligatorias en la industria alimentaria.