Hace algo menos de 19 meses, Ana Peleteiro daba a luz a su hija Lúa fruto de su unión con el también triplista galo Benjamin Campoaré después de un embarazo planificado con el objetivo de tener tiempo para preparar su asalto a los Juegos de París 2024.
Tras ser bronce hace tres años en Tokio, ese sueño olímpico tenía la medalla de plata como límite por la presencia de la sensacional atleta venezolana y azulgrana Yulimar Rojas… pero todo ha dado un vuelco en cuestión de semanas.
El año pasado, la gallega consiguió regresar mucho antes de lo esperado y volvió a brincar más allá de los 14 metros en triple, aunque finalmente renunció al Mundial de Budapest y esta temporada ya se ha colgado el bronce en el Mundial bajo techo de Estambul.
La gravísima lesión de su gran amiga Yulimar Rojas ha cambiado la perspectiva. “Ahora el oro es posible y quiero pelear por él”, ha repetido la de Ribeira. Dos meses antes, la mejor atleta española del momento tenía ante sí la reválida del Europeo de Roma, en el que partía como clara favorita sin Beck-Romanchuk, Skvartsova ni Lasmane.
Con un carácter competidor extraordinario, Peleteiro ha tenido que superar este domingo en Roma el diluvio universal en los dos primeros intentos y al sensacional tercer salto de la turca Tugba Danismaz (actual campeona bajo techo), quien ha mejorado su marca por 25 centímetros hasta 14,57 metros.
El cuarto salto fue histórico. La gallega batió con rabia, amplió un segundo salto en el que sigue teniendo margen de mejora y se fue a 14,85 metros, a tan solo dos centímetros de su récord de España para igualar a la líder europea del año (la ausente bielorrusa Skvartsova) y tercera del mundo por detrás de Thea Lafond con 15,01 (de la isla de Dominica) y de la cubana Leyanis Pérez-Hernández (14,90).
El trabajo estaba hecho y con sobresaliente. Ninguna rival acechó a la discípula de Iván Pedroso y España logró su primer oro en los Europeos que aúpan al equipo a la cuarta posición del medallero. Esos 14,85 valen un oro extraordinario y suponen un serio aviso de que el camino hacia el Olimpo parisino va por buen camino.