Una llamada telefónica de Luis Rubiales a Ednaldo Rodrigues a principios del mes de junio del año pasado cerró la celebración de un partido amistoso en el Santiago Bernabéu entre España y Brasil. El encuentro, que servirá para dar visibilidad a la lucha contra el racismo y la violencia en el fútbol, se presentará bajo el lema ‘Una misma piel’. La iniciativa, negociada en su día personalmente por el expresidente de la Federación Española y el de la Confederación Brasileña de Fútbol, llegaba como respuesta a los episodios de racismo sufridos por Vinicius en la Liga española: El Sadar, Montjuic, Metropolitano, Mestalla, Mallorca, Sevilla…
Presidentes imputados
Nueve meses después de aquella llamada Rubiales se encuentra ‘huido’ en la República Dominicana, lo que ha evitado que sea detenido por la Guardia Civil durante el registro de su casa en Granada en la investigación abierta desde mayo de 2022 por delitos de corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales. A eso se suma que el de Motril fue inhabilitado por FIFA tras el incidente del beso no consentido a Jennifer Hermoso durante la celebración del título del Mundial femenino que se jugó en verano en Australia y Nueva Zelanda. Por ello Rubiales tiene abierta una causa por la denuncia de la propia Hermoso contra su persona por un presunto delito de agresión sexual.
Si el panorama de Rubiales es inquietante, el de Ednaldo Rodrigues no es más reconfortante. Rodrigues fue destituido en diciembre como presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), por orden de un tribunal de Río de Janeiro. La corte anuló su elección, realizada en 2022 al considerar que se produjo una alteración de las reglas electorales antes de la votación. Entonces la FIFA y la Conmebol advirtieron a la CBF que no reconocerían al presidente interino que le sustituyó y amenazaron con aplicar duras sanciones como la exclusión de Brasil de las competiciones internacionales. Y el 4 de enero de 2024 el Tribunal de Justicia de Río de Janeiro restituía de forma controvertida a Rodrigues en el cargo de presidente de la CBF.
Así que este martes Florentino Pérez agradecerá no tener que recibir en su palco y hacerse la foto con Rubiales, pero sí tendrá a su lado al enigmático Ednaldo Rodrigues. El partido tendrá a Vinicius como gran protagonista del mismo. El delantero del Real Madrid rompía a llorar ayer en la rueda de prensa que ofreció en Valdebebas, donde su lucha contra el racismo monopolizó la intervención: “Es muy triste lo que está pasando. Lucho porque en el futuro próximo no le pase a nadie. Me frustra la falta de castigo a los culpables. Es importante que se castigue a esta gente porque así tendrán miedo antes de volver a cometer estos actos. Sólo los negros sabemos lo que pasamos”. Y dejó un mensaje claro: “El fútbol es importante, pero lo es más pelear contra el racismo”.
El brasileño también se quiso acordar de quienes le apoyan: “Quiero agradecer a los futbolistas de España que me han apoyado y a la gente que me muestra su respaldo. Me siento apoyado porque cada vez hay más gente hablando de esto y, aunque hay racismo en España y en el mundo, espero que cada vez se hable menos de ello”. Vinicius terminó poniendo el foco en la falta de jurisprudencia en España contra el racismo y la xenofobia: “He hablado con FIFA, con UEFA y con la Conmebol para trabajar con ellos contra el racismo. Y también lo he hecho con La Liga, pero me han dicho que el problema es que en España el racismo no es delito. Hay muchos racistas aquí y muchos están en los estadios. Yo, a mis 23 años, tengo que enseñar a la gente qué es racismo. Desde que denuncié que había racismo la primera vez, esto ha crecido. Ellos saben que lo que me dicen sobre el color de mi piel me puede afectar al jugar y por eso lo hacen. Solo quiero jugar y me gustaría ir a todos los campos con la tranquilidad de que el color de mi piel no importa”.
Tridente madridista
En lo deportivo, además de la presencia de Vinicius y Rodrygo en las filas brasileñas, donde también aparecen los ‘gironins’ Yann Couto y Savinho, hay una gran expectación por ver a Endrick, el flamante fichaje del Real Madrid,que pisará por primera vez el césped del Bernabéu. Se da por hecho que en Brasil, que llega de ganar en Wembley a la Inglaterra de Bellingham con un gol de Endrick, el seleccionador Dorival Júnior alineará al tridente madridista para que disfrute de unos minutos en el césped del Bernabéu. Dorival ha corregido la deriva que tomó la selección con Fernando Diniz en el banquillo, el seleccionador interino designado por la CBF hasta la llegada de Carlo Ancelotti. Finalmente Carletto no llegará porque ha renovado con el Madrid hasta 2026, la misma fecha que ha firmado la CBF a Dorival como inquilino de la ‘Seleçao’.
España saldrá con su equipo de gala, a la espera de que Rodri confirme su participación, después de ausentarse unas horas por un asunto familiar. Regresarán al once pesos pesados como Unai Simón, Carvajal, Le Normand, Dani Olmo, Lamine Yamal, Nico Williams o Morata. De la Fuente utilizó el amistoso ante Colombia para probar el fondo de armario antes de la Eurocopa, para cuya lista aún hay cuatro o cinco plazas en el aire. El de Haro ha elogiado a los brasileños y ha advertido que “este partido podría ser la semifinal o la final de un Mundial. Es un encuentro con más foco, más atención y seguimiento que otros. Queremos estar a la altura de este ambiente”.
El partido, a mayor gloria de Vinicius y su encomiable lucha contra el racismo, es la última gran prueba de España antes de acudir a Alemania, adonde llegará como vigente campeona de la Nations League con un equipo coral, sin delanteros exuberantes ni estrellas rutilantes. Un grupo en el que la juventud de Lamine, Nico Williams o Cubarsí marida bien con la jerarquía de futbolistas como Rodrigo o Carvajal. Una selección que presume de competir bien en las grandes citas. Yesta lo es. Una cita que arranca salpicada por las lágrimas de Vinicius en su lucha contra esta lacra del racismo que asola a la sociedad y especialmente al fútbol.