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La temporada del Levante llega a su fin. Para lamento de los que soñaron con un ascenso a Primera División y para tranquilidad de los que sufrieron con cada uno de los golpes sufridos durante el trayecto. El empate cosechado en El Alcoraz escenificó el drama y, sobre todo, las carencias de un equipo que, a pesar de su voluntad y talento, se quedó a medio camino de su sueño; o, como mínimo, de pelearlo, de tú a tú, con otros oponentes. El punto cerró una temporada para el olvido, a través de un partido soporífero, sin tensión y sin alma entre los que se enfundaron la camiseta del Levante. Sin embargo, la cantera lanzó un mensaje de fuerza con vistas al futuro. Sobre todo, después de la aparición de Paco Cortés, quien, a través de sus cualidades técnicas y llenas de talento, dejó boquiabierto a todo el levantinismo.
Ir a El Alcoraz supuso un trago amargo. El equipo de Miñambres, con modificaciones en su alineación inicial, buscó terminar el curso con buen sabor de boca, pero sin fluidez y con menos espíritu del habitual. Algo tan normal como natural, aunque los granotas pusieron de su parte para salir de tierras oscenses con tres puntos que azucarasen su insuficiente temporada. Sin embargo, el Huesca fue el que más cerca estuvo de colocar el primero en el luminoso. En el ecuador de la primera parte, Iker Gil cabeceó al corazon del área y Kortajarena impactó el envío hacia portería, pero Joan Femenías despejó la que fue la más peligrosa del encuentro. Instantes más tarde, Algobia, sobre la línea, impidió el primero de los locales, dando a entender que el Huesca llevaba los hilos del partido y era superior a su adversario, pero el Levante estiró sus pretensiones, con Algobia exigiendo a Juan Pérez con un lanzamiento lejano y con Pablo Martínez, de cabeza, dándole validez a un centro con el exterior de Xavi Grande.
Dio la sensación de que los de Felipe Miñambres dieron un paso hacia adelante en su intento de cerrar la temporada con tres puntos. Además, el técnico quiso darle un punto de atractivo al encuentro con la entrada de Paco Cortés, una de las sensaciones del Juvenil, tras el descanso, pero el Levante entró en el terreno de juego dormido. Todo lo contrario que el Huesca que, tras conseguir la permanencia el pasado fin de semana, fue de menos a más sobre el terreno de juego y, en más de una ocasión, puso en aprietos a los levantinista, como en un potente testarazo de Kortajarena que obligó a estirarse a Joan Femenías. Sin embargo, una vez llegó a la media hora del segundo tiempo, desinfló sus exigencias. Pese a que Lass debutó con el primer equipo, la sensación fue Paco Cortés. Si su carta de presentación fue muy llamativa, a poco del final se inventó un recurso exquisito, de bella factura y de mucha calidad: desafió a Blasco, le encaró y le hizo un túnel. La lástima fue su finalización, que se fue rozando el palo. No obstante, el mensaje es claro. La salvación, sobre todo en tiempos de guerra, siempre será la cantera. Un empate estéril para cerrar la temporada, pero que debe servir como referencia para lo mucho que queda por hacer en verano.
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