Dos goles de Juanmi, uno en cada parte, para el Cádiz, doblegaron al Atlético de Madrid en su visita al estadio Nuevo Mirandilla, donde los amarillos rompieron una racha de 23 jornadas sin ganar.
Tras este encuentro, el Cádiz se sitúa a dos puntos de la permanencia, a la espera de lo que haga el Celta en su visita al Bernabéu, mientras que el Atlético mantiene su mala racha fuera de casa, que podría comprometer su posición de Liga de Campeones.
En el cuadro local, Mauricio Pellegrino sólo hizo una variación respecto al once titular que había dispuesto en la visita al Rayo Vallecano. Jorge Meré dejó su sitio en el centro de la defensa a Ousou, que debutaba como cadista.
Por su parte, Simeone contó de inicio con Saúl Níguez para ocupar la baja de Pablo Barrios, que no había podido entrenarse durante la semana a causa de un cuadro febril de faringoamigdalitis. Ya conocida era la importante baja de Griezmann, recuperado de un esguince en el tobillo, pero sin arriesgar de cara al trascendental partido de Liga de Campeones de la próxima semana. Así, el equipo rojiblanco apostó por la pareja Depay-Morata como atacantes.
Arrancó el partido con minutos de juego igualado, centros sin rematador y mucha pelea por el balón por parte de ambos equipos, pero sin crear oportunidades claras.
El central local Chust cortó anticipándose a Memphis Depay un peligroso ataque rojiblanco. Justo antes, un peligroso centro no pudo ser rematado por muy poco por Lino.
Pero golpeó primero el Cádiz, con un inspirado Robert Navarro en la creación de la jugada, algo habitual en los últimos partidos. El 27 del Cádiz dejó sentado a De Paul, se apoyó en Javi Hernández, que le devolvió el balón de inmediato para que Navarro abriese la jugada a la banda izquierda. Y allí apareció Rubén Sobrino, que conectó un centro medido hacia la cabeza de Juanmi, que anotó su segundo gol como cadista, completamente solo en el remate.
No encontraba el Atlético la forma de crear peligro en la portería de Ledesma, que apenas tenía trabajo. Desesperado por la intensidad de un Cádiz obligado a ganar. Pidió penalti el Cádiz a los 40 minutos por un contacto muy claro de Gabriel Paulista con el brazo, pero tras unos pocos segundos desde el VAR se ratificó al árbitro que el balón había ido al brazo, pero tras tocar con la cabeza.
Sin más ocasiones ni polémicas se llegó al descanso de un partido que iba a cambiar en la segunda mitad. De entrada, Simeone realizó tres cambios: al campo salieron Riquelme, Correa y Molina, quedándose en el vestuario de De Paul, Memphis y Saúl. Con el marcador en contra y el Cádiz con el partido donde quería, los madrileños estaban obligados a irse arriba.
Correa aportó otro aire al ataque del Atlético e incluso puso a prueba a Ledesma, aunque con un disparo demasiado blando y centrado. Pero el Cádiz golpearía de nuevo por medio de Juanmi y la colaboración involuntaria de Gabriel Paulista. La trayectoria de un balón largo enviado desde la defensa por Javi Hernández fue muy mal calculada por el central colchonero, que no llegó a despejar y facilitó que Juanmi se plantase mano a mano ante Oblak para marcar el 2-0.
Un paradón de Ledesma evitó el gol de Marcos Llorente. El remate de cabeza a centro de Riquelme lo tenía todo para convertirse en gol hasta que el portero argentino hizo gala de sus reflejos.
Se había reforzado el Cádiz atrás, más aún cuando a los 78 minutos entró el lateral izquierdo Lucas Pires y Javi Hernández centró su posición en la defensa para formar una línea de cinco. Minutos antes ya había retirado a sus dos delanteros (Maxi y Juanmi) para dar entrada a otro delantero (Chris Ramos) y un centrocampista (Álex Fernández).
No le salía nada a un incómodo Atlético mientras que el Cádiz disputó con relativa tranquilidad el tramo final de un partido que le permitió ganar tras 23 jornadas sin hacerlo y seguir soñando con la permanencia.