El periodista y crítico teatral francés Stéphane Capron denunció a la dramaturga española Angélica Liddell por injurias públicas emitidas en su última obra, titulada ‘DÄMON. El funeral de Bergman’, que fue estrenada este sábado en la apertura del célebre Festival de Aviñón.
Capron, que trabaja en la radio pública France Inter y es fundador del medio especializado en las artes escénicas Sceneweb, es mencionado y citado por Liddell en un fragmento en el que carga de manera furibunda contra varios críticos detractores, un oficio que en general la escritora y actriz catalana considera cruel, banal e innecesario.
Es una postura que comparte con el difunto director sueco Ingmar Bergman, de quien Liddell es admiradora y a quien homenajea en esta nueva producción, fiel a su estilo transgresor.
A Capron, en concreto, le dedica insultos como “cabrón” y “mierda”, calificativos que han llevado al periodista a presentar una denuncia, según informó este domingo el periódico Libération, en la que reclama además que las injurias sean retiradas de la obra en lo que queda de festival.
El Sindicato Profesional de la Crítica Dramática de Francia ha emitido también un comunicado para recalcar que, al igual que se apoya la libertad de creación, “la crítica es libre de escribir” y expresar sus puntos de vista conforme a la libertad de prensa.
“Los artistas también, dentro de los límites del insulto público. Al apropiarse indebidamente del nombre de Stéphane Capron, las palabras pronunciadas por la directora atentan contra la integridad moral de nuestro colega”, señala el texto.
La dirección del festival, por su parte, ha expresado que no le corresponde intervenir sobre la integridad de las obras presentadas.
Esta mañana, después de presentar anoche su obra con ovación en el imponente escenario del Patio de Honor del Palacio Papal de Aviñón, Liddell (Figueres, 1966) se reafirmó en su opinión sobre los críticos en una charla pública ofrecida en la sede del festival y aseguró que, como ya hizo Bergman, le “encantaría darle un puñetazo” a alguno, aunque no lo hace porque la denunciarían.
“El arte es cosa de los artistas”, argumentó, antes de asegurar que la crítica es “dañina” para la creación porque muchas veces “se une “a lo más rancio del pensamiento” para penalizar ciertos discursos estéticos.
“Por supuesto, las buenas críticas serán bien recibidas”, bromeó al final, desatando risas entre el público.