En cualquier relato mínimamente fiel de la historia de España no puede faltar un capítulo que exponga los avatares de Cataluña y de sus relaciones con el Estado, y particularmente con la capital. El trasiego de población, políticos, empresarios y productos ha sido constante. En ese ir y venir han participado de forma más discreta académicos, escritores e intelectuales. En marzo de 1930 llegó a Barcelona un tren en el que viajaban cincuenta renombrados hombres de la vida pública, entre los cuales estaban Ortega, Azaña, Pérez de Ayala y Ledesma Ramos, invitados por sus homólogos catalanes, con los que celebrarían un encuentro amistoso. Durante la dictadura franquista, se mantuvieron reuniones paritarias con cierta regularidad, como recordó en su momento José Luis López Aranguren. Después, el intercambio ha seguido por diversos medios.
En 1908, Gaziel estudió filosofía en Madrid, adonde volvió en la posguerra huyendo de los nazis, para recluirse en un exilio interior y escribir “Meditaciones en el desierto”, unas reflexiones de extraordinaria lucidez en torno a la situación de España en aquellos años. Josep Pla fue corresponsal de dos periódicos catalanes, lo que propició dos estancias en Madrid separadas por la dictadura de Primo de Rivera, una, de unos meses, en 1921, y otra, más larga, en 1931, que interrumpiría para presenciar in situ la evolución del 34 en Asturias. Enric Juliana se instaló en Madrid en abril de 2004, cuando el PSOE acababa de ganar las elecciones generales celebradas tras el atentado terrorista de Atocha, y a partir de entonces otea desde allí el panorama político y escribe puntualmente lo que ve para los lectores de “La Vanguardia”.
Definitivamente, Enric Juliana está incorporado a la nómina del gran periodismo, como dechado que es de las virtudes del buen columnista. Es perspicaz y sabe ser incisivo cuando se lo propone. Antes de redactar, hace acopio de información, acudiendo a todas las fuentes. Su versión de la actualidad está sólidamente documentada. Selecciona con criterio sus abundantes lecturas, toma en consideración las opiniones ajenas y escucha con atención los testimonios de los protagonistas. Repara en el interés de hechos y datos que suelen pasar desapercibidos. Aficionado a la anáfora, sus artículos son literariamente algo descuidados, pero es capaz de condensar su visión de un asunto en una palabra o frase y transmitirla con claridad. Pone lo sucedido en perspectiva y traba la política local con la internacional. Su actitud reflexiva y dialogante es reconocida con el respeto de sus colegas y de los lectores.
Autor de varios libros, el último es una recopilación, amplia pero no completa, de los artículos escritos en los veinte años que lleva asentado en Madrid. La novedad del volumen está en el texto, escrito para la ocasión, que precede a los artículos de cada uno de los años. Han sido dos décadas trepidantes, con una sucesión vertiginosa de aconteceres trascendentales, en su mayoría imprevistos, que a buen seguro quedarán registrados en los anales y, sin embargo, no han dado tiempo para pensar. Juliana hilvana una gran crónica, muy necesaria, que el título resume un tanto forzadamente. El pacto y la furia se han dado en la política española, pero de manera muy desequilibrada. No ha habido un pacto digno de consignar entre los partidos mayores y los acuerdos gubernamentales de la izquierda con los nacionalistas tampoco parece que deban ser elevados a la categoría de pacto entre el Estado y Cataluña. Quizá los haya impedido un exceso de furia, ira o crispación. Juliana, conducido por un enfoque realista, observa fijamente el juego de intereses que esconde la política y se centra en las estrategias de la lucha por el poder. La democracia ha sido creada para soportar pacíficamente fuertes tensiones y encauzarlas por la vía institucional. El problema surge cuando las instituciones democráticas manifiestan debilidad porque los ciudadanos y los políticos dejan de cumplir lealmente con ellas. Y esto, sin paños calientes, es lo que ha ocurrido en Cataluña y está pasando en España con la contribución, en distinta medida, de unos y otros.
España: el pacto y la furia
Enric Juliana
Arpa, 620 páginas, 25 euros
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