Si en el primer pulso de la semifinal el Barça cayó por 19 puntos en Madrid (97-78), en el segundo solo le fue algo mejor (104-98). El equipo de Roger Grimau, sin defensa ni soluciones, volvió a fracasar en el WiZink y ahora queda a expensas de un milagro para no cerrar una temporada en blanco. Debería ganar tres encuentros seguidos al conjunto blanco, el primero de ellos este domingo (18.30 horas) en el Palau, una misión que ahora mismo se antoja casi imposible.
Tuvo el Barça el miércoles su peor día del curso desde el triple (4 de 22, 18% de acierto). Este viernes buscó otra estrategia y lanzó menos y mejor de tres (8/17), pero el resultado final fue parecido. Otro batacazo ante un adversario muy superior en todas las facetas, especialmente en el rebote. Vesely (24 puntos) y Satoransky (15 puntos, 11 asistencias), desastrosos en el primer duelo, fueron los únicos que dieron un paso adelante. La aportación y el empuje de los checos resultó insuficiente contra un Madrid que anotó con demasiada facilidad.
La aparición de Llull
Era obligatorio mejorar el rendimiento del primer duelo y el Barça demostró una marcha más en la puesta en escena. Los azulgranas se pusieron con un 3-9 de salida, pero un parcial de 10-0 dio ventaja a un Madrid obcecado con los triples. Detuvo entonces el crono Grimau con su primer tiempo muerto y el Barça concluyó por delante el primer acto (22-24).
Se mantuvo el cuadro catalán por delante durante el segundo parcial hasta la aparición estelar de un tipo demasiado conocido por los azulgranas. Sergio Llull, tan veterano como letal, asumió el mando y encadenó canastas hasta situar por delante a los blancos a 77 segundos del descanso (39-38). Los hombres de Chus Mateo se marcharon cuatro arriba al vestuario con un triple final de Campazzo, muy apagado hasta entonces (44-40).
Regresó a la pista el Barça con un triple de Parker para seguir confiando, pero Musa y Hezonja exhibieron su clase hasta un nuevo tiempo muerto de Grimau con la máxima ventaja local (50-43, m. 22). No sirvió de gran cosa la charla del técnico, ya que el Madrid mantuvo su ventaja gracias al acierto de sus principales referentes, mientras Vesely mantenía a flote al Barça.
Con la vieja guardia
La estocada final del tercer cuatro llegó tras un fallo de Ricky Rubioque dio paso a una mandarina estratosférica de Llull en el último segundo que dejaba muy cuesta arriba la remontada (73-62, m. 30). Lejos de reaccionar, el equipo catalán sufrió las acometidas de su rival, feliz y dichoso corriendo y anotando.
Liderado por la vieja guardia (Rudy, Sergio Rodríguez y Llull), el Madrid abrió el parcial con personalidad ante un rival sin soluciones (87-70 a siete minutos del final). Con Jokubaitis y Brizuela nuevamente sacrificados (no jugaron ni un segundo), el Barça se agarró a su pareja de checos para evitar una paliza mayor.
Un triple de Vesely a 26 segundos del final (100-94) dio las últimas esperanzas al Barça, pero Laprovittola erró en la última bala para seguir con vida. La superioridad bajo los aros del Madrid y la floja defensa de los azulgranas decantaron un choque que siempre tuvo color blanco.
Ficha técnica
104 – Real Madrid (22+22+29+31): Campazzo (14), Causeur (3), Hezonja (12), Musa (18), Tavares (12), -quinteto inicial-, Poirier (4), Rudy Fernández (3), Llull (18), Sergio Rodríguez (8), Abalde (3) y Yabusele (9).
98 – Barça (24+16+22+36): Ricky Rubio (4), Laprovittola (12), Kalinic (2), Willy Hernangómez (6), Da Silva (10) -cinco inicial-, Satoransky (15), Parker (13), Abrines (3), Vesely (24), y Parra (9).
Árbitros: Emilio Pérez Pizarro, Fernando Calatrava y Alberto Sánchez Sixto. Excluyeron por cinco faltas personales a Da Silva (m.27)
Incidencias: Segundo encuentro de la serie de semifinales de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center ante 12.025 espectadores.