Oxford, primera mitad del siglo XX
En 1956, Elizabeth Anscombe habló, en el claustro de la Universidad de Oxford, en contra de que se le concediera un doctorado honoris causa a Harry Truman, que había autorizado el lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. En el propio claustro, a Truman se le definió como valiente, estadista y decisivo, mientras que Anscombe fue tildada de grosera, pretenciosa y "mujer carente de toda moderación"; la prensa la denominó "la oponente solitaria". Y ella se preguntaba qué era lo que veía que los demás no veían. Cuatrocientas páginas más tarde y tras toda una vida de acontecimientos políticos y culturales y de experiencias personales, Anscombe encuentra posibles respuestas.La visión filosófica de la época, impresionada por los avances mecánicos y científicos del momento, se inc...