Rafa Nadal, un víacrucis de dos años para un solo partido en Roland Garros: ‘Si fue la última vez, lo disfruté’
Era el Día D. Quién más quién menos se podía hacer a la idea de que era el de este martes, y no otro, el momento marcado en rojo en el calendario de Rafael Nadal. Poder jugar de nuevo en Barcelona fue especial, Madrid le permitió volverse a sentir tenista y darse un homenaje con su gente, pero todo eso formaba parte de un plan mucho más ambicioso que nunca escondió y que desembocaba en París, en Roland Garros, en esa pista fetiche que le ha visto ganar 14 veces, convirtiéndole en una leyenda viva del deporte.Tantos recuerdos, demasiados días de gloria como para presentarse en la Philippe Chatrier simplemente "por estar". En ella no había lugar para otra opción que no fuera sentirse capaz de competir. Y lo hizo, se dio sus oportunidades, pero la tozuda realidad y la lógica se se impusieron,...