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Tag: teutonas

Crónicas teutonas (VIII)): Günter y las campanas de Schwenningen
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Crónicas teutonas (VIII)): Günter y las campanas de Schwenningen

Las campanas de Schwenningen repican cada día a las seis de la mañana con un vigor que parecería que festejan la caída del muro de Berlín o la boda de Lady Di. Quizás tenga que ver con la existencia de la asociación de música Harmonie, reconocida en el país como una de las más prestigiosas. O tal vez con la tradición relojera de este pueblo de la Selva Negra. Se trata de un repicar alocado, como aquel antiguo “toque de fuego” que anunciaba en los pueblos una emergencia solicitando la ayuda de los vecinos, o aquel otro “toque de tormenta”, en el que el campanero advertía de la llegada de un temporal avisando con el repiqueteo a quienes trabajaban en el campo.Las redes sociales de la Edad Media Cuando no existía el What’s App, Instagram o Tik Tok, las campanas eran las redes sociales de los ...
Crónicas teutonas: Modric se sube al tren de Woody Allen
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Crónicas teutonas: Modric se sube al tren de Woody Allen

Día de viaje en Alemania y qué mejor que hacerlo en tren. Los trenes son la mejor forma de conocer un país, a sus gentes, sus costumbres. Hay pocos sitios más reveladores que una estación de tren. Solo hay que abrir los ojos y escuchar, lo que antiguamente hacía del periodismo un oficio maravilloso. Una vez comienza la marcha, los trenes te regalan una enorme ventana por la que descubrir todo lo que no te enseñan las ciudades ni las carreteras. Las entrañas de los sitios, la anatomía de un lugar. Sus campos, los patios de las casas con sus tendederos llenos de ropa y sus barbacoas, la espalda de esos pueblos que miran a los caminos, los ríos que serpentean en los valles... Alemania es verde y frondosa. La atraviesan miles de senderos por los que transitan caminantes que van y vienen sin ap...
Crónicas teutonas: ¡Adieu Françoise, hallo Berlín!
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Crónicas teutonas: ¡Adieu Françoise, hallo Berlín!

Desde que tengo memoria recuerdo la voz aterciopelada de Françoise Hardy susurrando sus melancólicas canciones en el viejo tocadiscos de papá. Tout les garçons et les filles, Comment te dire adieu, Ma jeunesse fout le camp... Aquella chica frágil con su androginia hipnotizante conquistó a Bob Dylan, a Mick Jagger, y a David Bowie, que confesó estar “apasionadamente enamorado de ella. Todos los hombres del mundo lo estábamos, y unas cuantas mujeres también". A mí, lo confieso, también. Su melancolía me sedujo y la he seguido durante años por el cine, la moda y hasta libros tan recomendables como sus memorias: ‘La desesperación de los simios y otras bagatelas’.Del pesimismo defensivo al optimismo inteligenteHardy componía en el cuarto de baño, donde se encerraba con la guitarra que su madre,...
Crónicas teutonas: De los sueños de Mozart a las expectativas de Lamine
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Crónicas teutonas: De los sueños de Mozart a las expectativas de Lamine

Soy de esos que recuerdan lo que sueña. Y no es algo que me entusiasme especialmente porque en algún lado leí que las personas que recuerdan los sueños lo hacen porque su cerebro está más atento a los estímulos externos mientras duerme. Y son los que tienen el sueño más ligero y se despiertan más veces en la noche quienes recuerdan con mayor facilidad los sueños. Wolfang Amadeus Mozart tenía un sueño recurrente: soñaba que recordaba los sueños. Nunca llegó a saber a ciencia cierta si era un anhelo o por el contrario si había soñado eso. Nunca llegó a recordar realmente qué soñaba, pero sí que había soñado que lo recordaba. Envuelto en ese bucle llegó en 1766 a Donaueschinguen, pueblo en el que se concentra estos días la selección de Luis de la Fuente. Se alojó doce días en el principesco p...