Crítica de ‘Amor sin fin’, de Scott Spencer: fuego, camina conmigo
Esta es una novela en llamas. Incendiada, literal y figuradamente. Empieza con un fuego provocado, en una escena extraordinariamente escrita, hasta el punto de que las palabras pueden producir quemaduras en el lector. Pero el fuego está en su narrador, que concibe su amor adolescente como uno de esos rituales paganos en los que hay que quemarlo todo para que los deseos se consuman. El amor de 'Amor sin fin', publicada en 1989, huele a tierra quemada: es un amor obsesivo, compulsivo y destructivo, y, sin embargo, todo el cúmulo de fatalidades que provoca de la mano de su fascinante protagonista, David Axelrod, capaz de incendiar la casa de la familia de su objeto de deseo para llamar su atención, se perciben como sucesos delirantes que obedecen a la lógica de la pasión. El impresionante tra...