Sobrevivir en los Andes con un pacto de amor (y carne humana): “El mundo nos abandonó, y construimos una comunidad solidaria”
"Si me estrellara en un avión mañana, empezaría a comer carne humana al día siguiente", afirma rotundo Gustavo Zerbino, uruguayo septuagenario, empresario farmacéutico y superviviente del desastre aéreo igual de conocido como la “tragedia de los Andes” que como el “milagro de los Andes”. El 13 de octubre de 1972, un avión reservado por los jugadores del club de rugby Old Christians -Zerbino era uno de ellos- para viajar junto a amigos y familiares entre Montevideo y Santiago de Chile se estrelló accidentalmente contra un glaciar en la cordillera andina. Viajaban a bordo 45 personas, de las que 12 murieron a causa de la colisión; en el momento del rescate, 72 días después, quedaban vivas 16.
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