Travesía del fantasma
Si la fama, recordando a Rilke, no es otra cosa que el conjunto de malentendidos que se agrupan en torno a un nuevo nombre, la concesión del Nobel de Literatura se anuncia como uno de los episodios más proclives a propiciar semejante hecho. De manera significativa cuando el galardón recae en un autor que, por ser representante de una lengua minoritaria (el noruego, en este caso), resulta a efectos prácticos un desconocido en países como España, donde a pesar del vasto sistema editorial del que gozamos, que pone a nuestra disposición expresiones literarias de todo el planeta, el peso mediático y la envergadura comercial que posee la literatura en lengua inglesa continúa devorando el conocimiento y la visibilidad de lo que cabría denominar literaturas excéntricas. Por ello, en aras de la cla...