Ese actor nacido para fascinar
Marlon Brando hubiera cumplido ayer cien años. El actor que aplicó un método revolucionario al modo de interpretar en Hollywood y que hizo de su carrera y su vida un batiburrillo de grandes pasiones y no pocas pequeñeces en la gran pantalla indignas de su talento, conserva intacta su capacidad de fascinación y seducción incluso hoy. Su legado es salvaje y delicado a la vez, magistral en buena medida a pesar de dejarse arrastrar por una comodidad estéril en su crepúsculo y de renunciar a parte de sus inquietudes artísticas (su trabajo como director en "El rostro impenetrable" dejó claro que, a pesar de sus errores, tenía mucha munición de gran calibre creativa). Una loable manera de rendirle homenaje es aprovechar la reciente edición de "El universo de Marlon Brando", una exhaustiva y muy p...