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Tag: Moscú

Aromas extremos
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Aromas extremos

En "El aroma de los imperios" –un inteligente ensayo del historiador alemán Karl Schlögel (Allgäu, 1948) sobre dos fragancias y su repercusión en la pugna por el poder durante el siglo XX–, el episodio que peor huele se refiere al humo de los campos de extermino alemanes y a la pestilencia sumergida del gulag soviético. En Auschwitz es el hedor rancio y repugnante de la carne humana que cubre todo el campo como si se tratara de una alfombra. En Kolimá, en cambio, con sus extremas temperaturas bajo cero, el olor a cadáveres parece no dejar huella. Varlam Shalámov, testigo y víctima del Gulag, contaba con amargura cómo en el crematorio polaco era omnipresente el olor a gas y humo, mientras que los muertos de Kolimá el tufo no se percibía. Los cadáveres incorruptibles estaban demasiado consum...
‘Un caballero en Moscú’, en SkyShowtime: de libro de culto a serie con Ewan McGregor al frente
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‘Un caballero en Moscú’, en SkyShowtime: de libro de culto a serie con Ewan McGregor al frente

El bostoniano Amor Towles sorprendió en 2016 con una segunda novela, 'Un caballero en Moscú' (aquí en Salamandra), cargada de ingenio y humanismo y escrita con la prosa más grácil imaginable. Su héroe era el Conde Aleksandr Ilich Rostov, aristócrata ruso que sobrevive a la revolución bolchevique gracias al poema teóricamente subversivo que escribió en 1913. El tribunal conmuta la pena máxima por un singular arresto domiciliario: deberá pasar el resto de sus días en el Hotel Metropol, donde llevaba residiendo unos años, además de renunciar a su dinero y sus posesiones, o la mayoría de ellas. Ya no vivirá, además, en su lujosa suite con vistas al Teatro Bolshói, sino en bastante peores condiciones, en uno de los pequeños dormitorios del desván donde un día se alojaban los mayordomos y las do...
Tempestades en el Olimpo
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Tempestades en el Olimpo

Algunos hechos parecen probados, atañen a dos escritores de primera línea. En mayo de 1934 se detuvo en Moscú, acusado de actividades contrarrevolucionarias, a Ósip Mandelstam; se abría así para el gran poeta ruso un periodo de cárceles y confinamientos que terminaría con su muerte, cuatro años después, en un campo de trabajo siberiano. En junio de 1934, a los pocos días, por tanto, de la detención de Mandelstam, Stalin hizo una llamada telefónica a Borís Pasternak. Y a partir de aquí comienza la oscuridad, las distintas versiones sobre los términos exactos de esa breve conversación en la que Stalin le habría pedido a Pasternak su opinión sobre el poeta detenido. Source link