Mariona sella el billete del Barça a la final ante un Real Madrid insulso
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Pocas personas son indispensables. Se dice que nadie es insustituible, pero no es cierto. Hay personas que cuando están todo es mejor, más dulce, con más luz. Y Mariona Caldentey hace mejor a este Barça lleno de estrellas y nombres propios. Sin ella, el conjunto culé pierde centelleo. La balear es de esas jugadoras que no necesita mirar el balón. Siempre con la vista arriba, con los ojos puestos en el siguiente pase. Su talante discreto la hace pasar a veces desapercibida fuera del césped. No aparece en lista de premios ni reconocimientos (por la ceguera de las instituciones), pero, cuando se pone las botas y la zamarra culé una sonrisa pícara toma el relevo.
Y, como culé de cuna, hay pocos rivales que Mariona prefiera golea...