Dibujando el vacío
La depresión acompañó toda la vida a Virginia Woolf, desde que apenas era una niña y se culpaba de la muerte de su madre, pero encontró en la literatura una forma de convivir con la enfermedad. Sus libros eran ficciones que deslizaban con sutileza esos episodios que alternaban la ansiedad con el vacío imposible de llenar, con el miedo a quedar atrapada en una angustia interminable. Quién sabe si Septimus, el personaje suicida de 'La señora Dalloway', era una aspiración de alter ego personal fatalmente cumplida, pero lo que es indudable es que la obra de Woolf señaló claramente a una sociedad opresiva que no dudaba en cavar abismos vidriosos de tristeza en los que hundirse. Por desgracia, un siglo después, sus palabras parecen haber caído en saco roto: hemos construido una sociedad insensi...