Fernando Aramburu: “No admito que la lengua me proporcione identidad”
[ad_1]
Confiesa Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959), con la honestidad del que cree en el valor de las palabras, de su significado, que la lengua es el juguete que más le ha durado en esta vida. Los de la niñez los perdió casi todos, salvo una bola del mundo, hoy todavía visible, y un tablero de parchís. Esa actividad gozosa, relacionada con el lenguaje, comenzó a practicarla bien pronto, en el colegio, donde ya pudo comprobar la repercusión positiva del dominio de los vocablos.
Luego, en la adolescencia, aquella maestría, vocal, escrita, le dio cierta ventaja con las muchachas, convirtiéndole en un chaval "diferente, atractivo". Fue el venturoso inicio de su relación con la que, según dice, ha sido, durante toda su vida, su co...