Una victoria puede ser una casualidad, dos es que eres muy bueno
Nada es casual en la vida y el ciclismo no es una excepción. No hay regalos que valgan y si suena la flauta, que ya es difícil, sólo se da una vez. Si lo haces dos, no es ni casualidad, ni azar, sino que eres muy bueno. Y poco hay más que añadir para definir la personalidad de la que sin duda es la gran revelación de esta Vuelta que este lunes al sol (aunque bajo la amenaza de lluvia en Oviedo) celebra la segunda jornada de descanso; es decir, que no hay carrera para guardar las emociones hasta el martes cuando llega la gran cita con la cumbre más histórica y legendaria de la prueba, los famosos Lagos de Covadonga.A Pablo Castrillo, el personaje que ocupa este texto, lo conocí en febrero, en O Gran Camiño, la carrera gallega con el formato de cuatro etapas que sirve para que los ciclistas ...