El Bunbury menos errante arrasa y revive como el ave fénix
Pasadas las diez y veinte de la noche del sábado, un si menor de guitarra reconocible por varias generaciones de fans de Héroes del Silencio iluminó la noche madrileña como un relámpago. Era el comienzo reconocible de Entre dos tierras surgido de las entrañas del Wizink Center, una de las canciones más importantes de la música en español a uno y otro lado del Atlántico, esa pieza con la que muchos aficionados del rock and roll dejan lo que sea que estén haciendo para saltar a la pista, para dejar una conversación a medias y acometer un escorzo de air guitar, para doblar las rodillas y echar el cuerpo atrás y dejarse atrapar por el éxtasis durante más de seis minutos, da igual la edad y condición.Sin retoques latinos, sin giros de cumbia o bachata o de cualquiera de las variaciones de ritmo...