Los que este tienen el privilegio de escuchar a la directora de ‘In a better world’, Susanne Bier, tienen el privilegio de aprender que “el secreto de sobrevivir en esta industria es no pensar en el éxito“. Lo dice la ganadora de un Oscar en 2011 por dicha película y que ha tenido bajo sus órdenes a estrellas de Hollywood como Nicole Kidman, Benicio del Toro, Halle Berry y Sandra Bullock.
La cineasta danesa recibe este martes un premio honorífico en la gala de clausura del Evolution Mallorca International Film Festival, aunque no es la primera vez que pisa Mallorca, ya que en 2015 rodó allí la serie ‘The night manager’, protagonizada por Hugh Laurie y Elizabeth Debicki. Explicó que trabajó con “un equipo local de rodaje increíblemente eficiente y maravilloso” y como anécdota contó que la tildaron de “loca” cuando insistió en “filmar en ese restaurante fantástico de Deià”. Se refería a Ca’s Patró March y, pese a que quisieron persuadirla por la dificultad de llevar tantos tráilers allí, Bier lo logró.
Durante el coloquio también abordó sus inicios en el cine de la mano del movimiento Dogma, con cuyas normas se sintió muy en sintonía. “Como directora soy parecida. Siempre establezco una serie de reglas para todo lo que hago, aunque no son explícitas necesariamente”, afirmó quien rodó en aquella época la película Open hearts con su compatriota Mads Mikkelsen, que el sábado participó en el Evolution. “Es un genio y como ser humano es muy noble y sin ninguna vanidad, algo remarcable teniendo en cuenta lo guapo que es”, rió. Comparó los inicios de su trayectoria con su privilegiada situación actual y, respecto al trato con los actores y el equipo, “la única diferencia es que cuando haces una película pequeña hay más camadería. En mis películas danesas yo siempre almorzaba con el reparto, pero cuando haces grandes producciones americanas, nadie come con nadie”, según destacó.
Directora de títulos como ‘Bird box’ (‘A ciegas’), ‘After the wedding’ (‘Después de la boda’), ‘Serena y los citados’, entre otros muchos de una larga y variada trayectoria, Susanne Bier aseguró ayer que “profesionalmente” siempre ha tenido confianza. “He creído en mi instinto y capacidad creativa y he ido a por ello. Nunca me he sentido intimidada con grandes estrellas y estoy completamente segura cuando trabajo, todo lo contrario de lo que me sucede en los demás contextos”, confesó. La cineasta transmite su energía a los intérpretes sin importarle si son conocidos, anónimos, adultos o niños. “Suelo estar enamorada de todos los personajes y es un buen motor porque el reparto se siente cómodo con esta energía. Soy muy directa y a veces no están acostumbrados, aunque luego piensan que es divertido“, según sus palabras.
Su primera película en EEUU, Cosas que perdimos en el fuego, llegó porque antes fue nominada a un Oscar por ‘Después de la boda’ y a la productora del Sam Mendes le llamó la atención. “No estaba en mis planes trabajar allí, pero pensé que era interesante y lo hice. Siempre me muevo hacia proyectos que me atraigan, me provoquen curiosidad, miedo… Tiene que haber un elemento como si fuese escalar el Everest, nunca me he guiado por un plan en mi trayectoria”, dijo Susanne Bier poniendo como ejemplos su incursión en el género de terror con ‘A ciegas’ o en el de espías con la serie ‘The night manager’.
Su próximo proyecto es la serie de Netflix ‘The perfect couple’, de nuevo con Kidman, además de Dakota Fanning y otras estrellas. Le falta un mes de rodaje por la huelga de Hollywood.