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¿Son seguras las leches de fórmula? ¿Cómo hay que preparar y limpiar los biberones?

Las leches de fórmula son una opción segura y fiable para alimentar a nuestros bebés.

Es cierto que hay un consenso generalizado de que la lactancia materna es la mejor opción para la alimentación de los recién nacidos. No solo beneficia al bebé, reduciendo el riesgo de infecciones durante el primer año de vida, sino también para la madre, ya que disminuye el riesgo de cáncer de mama, útero y ovario, entre otros beneficios.

Pero en algunas ocasiones no es posible alimentar al niño con leche materna, bien por algún problema en la madre o el bebé, bien por cuestiones laborales, o por propia elección de la madre. Y en estos casos los biberones son una muy buena opción para la alimentación de los más pequeños. 

En estos casos, los padres pueden tener dudas sobre la seguridad que las leches de fórmula y de cómo preparar y limpiar los biberones.

Con el fin de aclarar muchas dudas, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha publicado una serie de recomendaciones sobre qué productos elegir y la forma de limpiar y preparar los biberones. 

La lactancia es la mejor manera de cuidar a un bebé, pero no siempre es posible Foto de Tamilles Esposito: https://www.pexels.com


Tipos de leches de fórmula

En el mercado podemos encontrar varios tipos de leche para biberones, que se pueden agrupar en dos grandes categorías, las fórmulas de inicio y las de continuidad. 

  1. Las primeras, denominadas Fórmula 1, son las que debemos elegir para alimentar al bebé durante los primeros meses de vida, antes de la introducción de otros alimentos a los 6 meses.
  2. En cambio, las fórmulas de continuidad (Fórmula 2) están destinadas a niños más mayores a los que ya se les ha introducido la alimentación complementaria. 

Desde la AESAN explican que este tipo de alimentos infantiles están sometidos a unos controles muy estrictos por parte de la Unión Europea, tanto en el ámbito de la seguridad, como en cuanto a su contenido nutricional.  

Esto significa que los padres pueden estar tranquilos en el caso de tener o querer recurrir a este tipo de alimentación para su bebé. 

Los biberones con leche de fórmula son una alternativa segura a la lactancia Foto de Sasha Kim: https://www.pexels.com/es-es/


¿Cómo se hace la leche de los biberones?

En supermercados o farmacias podemos encontrar una gran variedad de leche de fórmula. Suelen presentarse en polvo, aunque también podemos encontrar biberones listos para calentar sin necesidad de hacer nada. 

En todo caso, los expertos en seguridad alimentaria explican que estas leches están elaboradas a partir de proteína, que puede ser:

  • De origen animal (proteína sérica de leche de vaca o proteínas de la leche de cabra)
  • De origen vegetal (soja).

A esta proteína se le añaden “aquellos macro y micronutrientes necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo del lactante”, explican desde la AESAN.

También hay fórmulas especiales para aquellos bebes que sean diagnosticados de intolerancia alimenticia. Por ejemplo, fórmulas sin lactosa y fórmulas compuestas por proteínas hidrolizadas.

Las leches de fórmulas están sometidas a unos estrictos controles de seguridad.


¿Cómo preparar un biberón de forma segura?

Una vez elegida la leche de fórmula que mejor se adapta a la edad o circunstancias del bebé, llega la hora de preparar los biberones de forma que ni se produzcan intoxicaciones ni que se queme al bebé. 

Para ello, la AESAN establece una serie de recomendaciones fáciles para preparar los biberones

  • Lo primero leer atentamente las indicaciones de uso de cada fabricante que aparecen en el envase. 
  • Los biberones deben estar completamente esterilizados. Para ello se pueden hervir en agua caliente o utilizar los esterilizadores de biberones que se comercializan. 
  • ¿Qué agua debemos utilizar para preparar el biberón? Es una de las grandes dudas que expresan los padres cuando inician la lactancia artificial. Pues bien, los expertos en seguridad alimentaria explican que lo más recomendable es utilizar el agua del grifo, porque “ofrece los criterios sanitarios que aseguran la protección de la salud”. 

No en todos los lugares la calidad del agua corriente es la misma, por eso los especialistas recomiendan hervirla 1 minuto durante los primeros meses de vida.

En el caso de que se opte por usar agua envasada, lo mejor es elegir “agua embotellada con bajo contenido en sales minerales (aptas para alimentación infantil) de acuerdo con las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP)”. 

  • Lavarse las manos antes de empezar a preparar el biberón y sacar la leche en polvo del envase justo antes de comenzar la mezcla, no antes. 
  • Si calentamos el biberón en el microondas, hay que mover el líquido nada más sacarlo del aparato para conseguir una temperatura uniforma. El calentamiento en este electrodoméstico “no es uniforme y podría dar lugar a “bolsas calientes”, capaces de quemar la boca del bebé”, advierte la AESAN.
  • Una vez preparado el biberón se recomienda usarlo antes de las dos horas siguientes. 
  • Y, por último, ese gesto clásico que hemos visto desde siempre: comprobar la temperatura de la leche vertiendo unas gotas en el dorso de la mano. 



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