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Después de una extensa gira, Sidecars, trío madrileño de la Alameda de Osuna, vuelven más íntimos y cercanos, como en 2019, tocando en teatros. En a gira Modo Avión Teatro Touren, én formato electroacústico, interpretarán temas de su último disco, Trece (2022), y algunos de sus éxitos, con sonido castizo y actitud chulapa.
En noviembre, Sidecars celebrarán su décimo octavo cumpleaños en el WiZink Center de Mardrid, con sus fans y con invitados selectos. Han llamado al concierto Dulces 18, aunque ya habían empezado a celebrar su mayoría de edad publicando el single Hasta que cierro los ojos, preámbulo de la gira por teatros. Juancho, Gerbass y Ruly nos lo cuentan en animada charla.
Arranca Modo Avión Teatro Tour, nueva gira por teatros en formato electroacústico. ¿Qué os aporta este formato comparado con tocar en salas o festivales?
Es una forma de ofrecer otra perspectiva de las canciones, donde las dinámicas, los detalles y el silencio son protagonistas. Los teatros son recintos más agradecidos para ello, y se pueden degustar mejor ciertos arreglos, texturas y sonidos.
¿Cómo os enfrentáis a estos conciertos? ¿Son muy distintos de los que habéis hecho a lo largo de toda vuestra carrera? ¿Por qué un formato electroacústico? ¿Qué ofrece este escenario frente a otra clase de salas?
Venimos compaginando esta forma de acercar nuestro repertorio con salas, festivales y recintos grandes. Nos ayuda a hacer un ejercicio de inmersión y concentración en nuestros temas, y a la vez darles algún giro. Las emociones y puntos álgidos llegan en otros momentos que en los conciertos eléctricos. La energía, pese a ser transformada, es la misma.
¿Hay que ponerse en ‘modo avión’ más a menudo?
Sin duda. Es algo que está demostrado que es bueno para la salud. Vivimos pegados a nuestros smartphones y perdemos un tiempo maravilloso para disfrutar de otros placeres muy enriquecedores.
En varios temas proponéis “sálvese quien pueda”. ¿No queda otra?
Creemos que es un sentimiento incómodo, pero impuesto, que cada vez es más recurrente, dada la deriva mundial. Lo ideal sería no tener que pensar en esta última opción de supervivencia y poder encontrar soluciones colectivamente.
¿Qué tiene Alameda de Osuna que da tantas bandas de rock?
Nos gusta pensar que todo viene de una tradición del barrio de las últimas décadas del siglo pasado donde los chavales pedían antes una guitarra que una consola, un balón de fútbol o cualquier otro regalo. Eso hacía que la socialización se hiciese entre instrumentos y música rock de los sesenta y setenta.
La industria ha cambiado mucho. ¿Cómo influye en vosotros este ritmo tan acelerado de sacar singles?
Es cierto que nosotros somos más de discos, de hacer las cosas bien y a fuego lento. Pero no podemos mirar hacia otro lado. Cuando las cosas cambian, también hay que saber adaptarse. Y actualmente, por ejemplo, estamos sacando canciones sueltas, como se hace ahora. Aunque ya empezamos a tener la mente puesta en un nuevo disco; no lo podemos remediar…
Es curioso: sois muchos los grupos que llenáis salas y festivales, pero no sonáis en la radio. ¿El rock está un poco en peligro de extinción?
El rock siempre va a ser un lugar al que poder volver. Por mucho que fluctúe su seguimiento, siempre tiene algo nuevo que decir y un gran hueco en el panorama musical. Nosotros tenemos la suerte de que sonamos de vez en cuando en distintas radios, y eso nos mantiene en una buena posición y difusión.
Os habéis ganado el favor de un público bastante heterogéneo y leal a base de tocar en todo tipo de locales. ¿Cómo ha sido pasar de tocar en locales de pequeño aforo a La Riviera o el WiZink?
Ha sido ir cumpliendo nuestro sueño de siempre poco a poco. Como nos gusta, sin grandes éxitos explosivos, pero siempre con calma y de manera ascendente. Aprendiendo tanto de los errores como de los éxitos.
Después de 18 años, ¿cuáles son los retos de futuro de Sidecars, y qué objetivos os marcáis a medio plazo?
Los retos serían poder seguir con la misma deriva, creciendo poco a poco y disfrutando de la bonita familia que hemos hecho a lo largo de estos años. Nos proponemos meter más gente en el WiZink que la última vez, volver por México y estrenarnos en otros lugares de Latinoamérica, y probablemente tener un disco nuevo que grabar cuando llegue el próximo parón de conciertos.
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