Serrat vislumbraba este miércoles por la mañana un día tranquilo con sus quehaceres de señor cantautor retirado de las tablas: renovarse el carnet de conducir, visitar al notario por unas gestiones y comer en familia. Logró hacerlo todo, aunque a media mañana, su guion del día se viera sacudido por una llamada en la que le preguntaron “si tenía algo que hacer el 28 de octubre”. La Fundación Princesa de Asturias le transmitió que suyo era el premio de las Artes de 2024, anuncio que acoge con “alegría, gratitud, emoción y, por qué no decirlo, sorpresa también”.
Así lo explicaba Joan Manuel Serrat horas después a la prensa en la sede barcelonesa de la SGAE, donde hizo unas reflexiones la naturaleza de su arte particular, el de hacer canciones y cantarlas. Recordó que se siente “parte de un oficio” y compañero de “quienes han hecho de escribir y cantar no solo una manera de ganarse la vida, también de expresarse”. Canción con ánimo de “transmitir un pensamiento poético”, añadió. Y en dos lenguas, un hecho que el jurado ha destacado. “Ambas conviven en mí con toda naturalidad y sin necesidad de utilizar un diccionario para pasar de una a otra”.
50 años después
Serrat se extendió respecto a lo que considera “el problema más cercano”, el que más le preocupa, aseguró, que es el estado de “la vida, el mundo, la tierra, el agua, la relación del hombre con el espacio que ocupamos”. Aunque no se ve a sí mismo como “abanderado de ninguna causa, sino cómplice y acompañante”, puso un acento en “el maltrato del hombre al medio”, que ciudadanos y administraciones “ven y viven”, pero ante lo cual “a veces va más deprisa el deterioro que las soluciones”. Recordó cuando escribió ‘Pare’, su temprana canción ecologista, en 1973. “Han pasado 50 años y la gente se está concienciando de la necesidad de no ser solo observadora, sino activista. Pero las decisiones son muy lentas y la necesidad de enderezar el camino es muy urgente”.
Este galardón tal vez haga fruncir el ceño a sus admiradores republicanos, se le sugirió, ante lo cual se quedó un segundo en silencio. “Pues que le cambien el nombre al premio”, despejó más en broma que en serio. “Sencillamente, este es un premio que ha dado un jurado del que hace 30 años yo formé parte. Sería muy sorprendente que yo renunciara ahora a un premio del que fui jurado hace 30 años”, añadió, antes de proceder a relativizar: “esto de fruncir el ceño es algo que pasa siempre”.
Serrat explicó que, después de su gira de despedida de 2022, sigue escribiendo y dando forma a letras y melodías, pero se mostró escéptico sobre el encaje de eso con la industria musical. “Ahora, tal como está montado todo, es poco estimulante. Muchas cosas no las entiendo, y por eso no me rompo la cabeza. Me hablan de internet y eso de colgar canciones me suena más al Cluedo que a otra cosa”, confesó. El cancionista no deja de serlo así como así, al fin y al cabo. “Voy haciendo cosas, escribir, alguna canción también, no por necesidad de publicar nada, sino porque me apetece”.