La pérdida de cabello siempre es motivo de preocupación, sobre todo si no es algo pasajero provocado por la caída estacional, a causa de alguna deficiencia nutricional o por estrés. Hablamos de la alopecia, una pérdida de pelo que puede afectar tanto al cuero cabelludo como a otras zonas del cuerpo como las axilas, la barba o las cejas.
Hay muchos tipos de alopecia, aunque la más habitual, representando el 95% de los casos, es la denominada androgénica, también conocida como calvicie común. Y aunque pudiéramos pensar que solo se da en los hombres, también algunas mujeres pueden sufrirla.
Se trata de un problema para el que solo existen algunos medicamentos, aunque es especialmente eficaz la cirugía. Y como señala el doctor Francisco Javier Jiménez Acosta, especialista en dermatología, jefe de la Unidad de Trasplante Capilar de la Clínica Dermatológica Internacional (CDI) y del Hospital Ruber Internacional, y expresidente de la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración Capilar (ISHRS):
- “Hasta ahora, la alopecia androgénica se trataba con medicación o con medicación más cirugía, en algunos pacientes”,
¿Cómo se realiza un trasplante de pelo?
La cirugía para realizar el trasplante de pelo se realiza con la técnica FUE (extracción de unidades foliculares) y consiste en extraer folículos pilosos de la zona donante del paciente, que suele ser la zona occipital o trasera, e implantarlos en la zona sin pelo. “Una vez que el folículo prende, digamos, el pelo va creciendo”, explica el especialista.
Pero para extraer esos folículos de la zona con pelo hasta ahora era imprescindible rasurarla, con lo que esto supone para el paciente.
- “Es un problema para mucha gente, sobre todo para las personas cuya imagen es importante, para aquellas que tienen que parar su actividad social durante mucho tiempo, hasta que les vuelva a crecer el pelo rasurado; o para algunas mujeres”.
Una técnica que no necesita rasurado y que implanta pelo ya largo
Desde hace poco tiempo tanto el problema del rasurado como la larga espera para ver los resultados ya se ha superado. Y es que se ha desarrollado una nueva técnica de extracción de unidades foliculares que permite extraer el pelo largo, sin necesidad de rasurar al paciente.
Como señala el doctor Jiménez Acosta:
- “Ahora contamos con un material nuevo llamado “punches quirúrgicos” que permiten sacar el folículo sin cortar el pelo, por lo que extraemos e implantamos el pelo largo.
- “El procedimiento es muy novedoso. Nosotros empezamos a hacerlo hace un año, aproximadamente.
- Creo que será el futuro de la técnica porque, en cuanto se mejore el material quirúrgico de extracción actual, la mayoría de la gente optará por esta técnica”.
Además de eliminar el problema del rasurado con lo que esto suponía para la autoestima de muchos pacientes, la nueva técnica elimina la incertidumbre y los tiempos de espera (entre 6 meses y un año) para que crezca el implante y poder disfrutar el resultado de la intervención, porque el paciente sale de la operación con la zona cubierta de pelo.
Tal y como puntualiza el doctor Jiménez Acosta:
- “Antes salían con la zona cubierta de injerto, es decir, del folículo rasurado, así que, hasta que no les empezaba a crecer el pelo al cabo de los tres o cuatro meses, no se hacían una idea de cómo iba a ser el resultado. Ahora, “el paciente entra al quirófano con alopecia y sale con el pelo largo puesto”.
Una cirugía más larga y menos económica
La razón por la que hasta ahora no se extraía en el pelo con suficiente longitud es, fundamentalmente, porque:
- No había instrumental perfeccionado.
- Para el cirujano, es una técnica más laboriosa, “es decir, cuando extraemos los folículos de la zona donante con el pelo rasurado, se ve el campo limpio y lo sacas muy rápidamente. Sin embargo, cuando lo extraes con el pelo largo, tienes que ir pelo por pelo, separando uno de otro… Se tarda como el doble que en una cirugía convencional”.
Porque si una operación de trasplante de pelo tradicional puede durar unas cinco o seis horas, con el nuevo procedimiento el tiempo se incrementa hasta las 8 o 10 horas, “dependiendo de la cantidad de pelos que extraigas de la zona de atrás. Por ese motivo, a día de hoy todavía hay pocos profesionales que dominen la técnica”, sostiene el cirujano.
Además de un aumento de horas de intervención, también se produce un aumento de los costes económicos.
- “Normalmente, a los pacientes les damos las dos opciones y, el hecho de que esta técnica sea más laboriosa y, por tanto, más cara, influye en ellos a la hora de tomar la decisión”. Sin embargo, “lo bueno es que, la persona, cuando sale del quirófano y se mira al espejo, se queda alucinada”, concluye.
Por lo demás, esta nueva forma de cirugía no tiene grandes ni novedosas complicaciones:
- “Las indicaciones de trasplante son las mismas que con el tratamiento estándar. Lo que cambia, principalmente, es si el paciente quiere rasurarse o no”, es decir, se puede realizar tanto en hombres como en mujeres con alopecia androgénica.