En los últimos Congresos científicos Mundiales sobre el Sueño (World Sleep Congress), al menos desde el de 2019 que se celebró en Vancouver (Canadá), antes de la pandemia, uno de los principales temas tratados, quizás el que suscita mayor interés en la sociedad actual donde nuestros horarios se han modificado y diversificado, es la cronobiología.
- La principal ocupación de esta área de investigación es estudiar las variaciones en las funciones de nuestros órganos durante el día en relación con los ritmos circadianos.
Comprender bien estos cambios es esencial porque puede variar la forma de administrar los medicamentos, o el riesgo de padecer ciertas enfermedades.
Por ejemplo, ahora ya se conoce que:
- El hígado está más activo entre las 14 y las 16 horas, por lo que el metabolismo de ciertos fármacos o el alcohol puede variar durante esas horas.
- Algunos tipos de cáncer también muestran variaciones diurnas, lo que podría hacer la quimioterapia más eficaz a determinadas horas del día (o de la noche).
- También en esta línea de investigación se ha constatado que los infartos de miocardio que suceden entre las 8 y las 10 de la mañana son mucho más letales que los que ocurren durante el resto del día.
Muy relacionadas con la cronobiología se desarrollan investigaciones sobre cómo afectan las alteraciones del sueño a quienes trabajan a turnos o de noche.
La neurodegeneración afecta al sueño… ¿o dormir mal favorece la demencia?
Otro ámbito de investigación se centra en la relación que puede existir entre el sueño y la neurodegeneración.
Hace tiempo se constató que todas las demencias, como el Parkinson, el Alzheimer o la demencia frontotemporal, producen alteraciones del sueño en fases avanzadas de la enfermedad.
- Pero en los últimos años se ha descubierto que los trastornos del sueño pueden no ser sólo una consecuencia de la demencia sino también un factor de riesgo.
Así, mejorar la calidad del sueño puede ser un mecanismo de protección contra el desarrollo del deterioro cognitivo en edades avanzadas.
La apnea obstructiva del sueño afecta a la memoria
Una forma de mejora del descanso es tratar las apneas obstructivas del sueño.
Esta dolencia la padece entre un 15 y un 20% de la población y se trata habitualmente con una CPAP (un pequeño aparato que administra, mediante una mascarilla, aire a presión).
- Entre el 40 y el 50% de la población mayor de 65 años padece algún tipo de apnea obstructiva del sueño durante la noche.
- Los estudios están dedicados a analizar cómo estas apneas afectan a la memoria y al desarrollo de algún tipo de demencia.
De forma continua, los responsables de la seguridad vial insisten en la necesidad de descansar durante los viajes largos.
Y podría parecer un asunto menor, pero los expertos en sueño dedican investigaciones a definir los efectos de la privación del sueño en la conducción, muy similares a la ingesta de alcohol.
Si no duermes bien te dolerá más
La relación entre el sueño y la sensación del dolor ocupa también a los investigadores.
- Hasta hace poco tiempo se creía que las personas con dolor crónico dormían mal. Pero el fenómeno funciona a la inversa, es decir, si no dormimos bien cambia nuestro umbral del dolor.
- Ante esto, se está haciendo hincapié en tratamientos contra el dolor crónico centrados en aumentar la cantidad y la calidad del sueño del paciente, en vez de aumentar la medicación.
Favorecer y mejorar el descanso es otro de los asuntos que ocupan y preocupan a los especialistas.
Al ser el sueño un estadio cerebral complejo, los fármacos destinados a su tratamiento sólo pueden conseguir que el sujeto duerma, pero no son capaces de reproducir fisiológicamente las oscilaciones entre la fase REM y la no REM. Es más, la medicación afecta directamente a estos ciclos naturales.
Gadgets para dormir mejor: cascos, música, colchones…
Por este motivo, nuevos trabajos destinados a mejorar el sueño se centran en dispositivos de estimulación musical o eléctrica.
- Estos gadgets, como cascos, emiten tonos o vibraciones que estimulan las ondas lentas durante nuestro sueño profundo, para que sean más hondas y obtengamos un descanso más reparador, respetando las oscilaciones naturales de los ciclos del sueño.
No obstante, su utilidad clínica aún no ha sido demostrada.
- También se trabaja en la estimulación del sueño mediante la regulación de la temperatura corporal.
Están en pruebas colchones y almohadas con sensores biométricos para monitorizar el sueño, que reducen la temperatura del individuo al inicio del sueño no REM, lo que en teoría aumenta la cantidad y estabilidad del sueño de ondas lentas y la calidad del sueño.
El dato: dormir menos de 6 horas aumenta la mortalidad
Existe una estadística desde la que se podría extraer una relación entre la esperanza de vida y el índice de mortalidad con el número de horas que se duermen.
- Y de ahí podríamos afirmar que entre los que duermen de media menos de seis horas y media, el riesgo de mortalidad es el doble que entre las personas que duermen ocho horas.
- Pero la realidad opuesta no es menos dañina, y se ve que entre las personas que necesitan dormir más horas de lo habitual la esperanza de vida también se acorta.
Quizás esto se deba a que necesiten dormir más porque ya sufren algún problema o enfermedad que les requiera más horas de sueño.
Ortosomnia o búsqueda del sueño perfecto, un nuevo síndrome
Primero fueron los móviles, luego las tabletas y el último gadget que causa furor son los smartwatches y las pulseras de actividad.
Estos modernos dispositivos prometen medir cada uno de nuestros pasos, latidos, pulsaciones, y, cómo no, nuestro sueño.
Cada mañana nos informan sobre el número de horas que hemos dormido y qué porcentaje de ellas ha sido profundo o ligero.
Y de tal manera nos influye la información que facilitan, que ha surgido un nuevo síndrome que ya tiene hasta nombre: la ortosomnia.
- La ortosomnia es la obsesión por dormir el número exacto de horas y con las condiciones necesarias para la reparación corporal y cerebral. Un reto que en vez de hacernos bien puede acabar por provocar ansiedad e insomnio.
Es más, se han detectado casos en los que síntomas como la irritabilidad, problemas de concentración, e incluso ansiedad, se producían sólo por el hecho de comprobar en sus dispositivos que su sueño había sido deficiente.
Pero la realidad es que la eficacia de estos gadgets es muy relativa, ya que los modelos más comercializados y populares se basan en los movimientos del cuerpo, lo que no revela nada concluyente sobre si estamos dormidos o no.
¿Cuánto tiempo deben dormir las mujeres, los niños…?
Las necesidades de sueño vienen determinadas genéticamente y hay factores relacionados con el sexo y la edad.
Generalizando:
En las mujeres:
- Durante la edad fértil necesitan dormir unos 45 minutos más.
- En la llegada a la menopausia, duermen menos y el sueño es más frágil.
- En la postmenopausia se igualan a los hombres.
En los niños:
- La necesidad de sueño es máxima hasta los ocho años y luego se va equiparando a la de los adultos.
En la tercera edad:
- La disminución de necesidad del sueño se combina con una redistribución horaria, porque el sueño es menos profundo por la noche y en ocasiones se necesita dormir más por el día.